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Mientras tantoLa noche antes de salir el sol. 'La esclusa', de Michel Azama,...

La noche antes de salir el sol. ‘La esclusa’, de Michel Azama, en el Teatro del Arte


 

Mi cajita se va abrir y no soy un regalo para nadie
M. Azama

 

 

Fue un día de invierno en una ciudad de la que ya no recuerdo su nombre.


Ese día fui esposado y llevado por primera vez a prisión.


Varios días pasaron hasta que redactaron mi salida. Los días que estuve ahí sentí miedo. Por las noches, frío. Una vez afuera, en la calle, me esperaba mi amor. Ella me entregó un cigarrillo y dijo bajito:


Manuel.

 

La esclusa

 

Pero hoy no les contaré mi historia. Esta vez la historia será contada por Michel Azama (Francia, 1947) con la obra La esclusa bajo la dirección de Sylvie Nys y que se presenta todos los martes de febrero en el Teatro del Arte de Madrid a las 20:30 hrs.

 

El personaje de la “Liberada” interpretada por Maica Barroso– lleva 16 años en la cárcel. Ha sufrido el encierro, la soledad, el desarreglo de su cuerpo, la pérdida de su feminidad, la separación de sus hijos e innumerables humillaciones más.

 

¿Pero qué es lo que le espera al cumplir su condena y salir al mundo exterior?

 

La esclusa es un oratorio donde una mujer canta, grita y llora su dolor. Azama, en este contexto, nos propone un monólogo como base dramática para reflexionar sobre el miedo a la libertad. Una metáfora sobre las cárceles con las que convivimos a diario, un mundo oculto a nuestros ojos, pero donde la identificación es más cercana a lo que creemos.

 

La esclusa

 

Ecos de nuestro interior

Los recuerdos en esta última noche de encierro golpean su celda y también nuestros oídos. Ella sabe que no es bueno mirar hacia atrás, pero nos hace transitar por ese camino. Pronto llegará la luz del día y cambiará todo. En unas pocas horas más será arrojada al exterior, un lugar que ya no le pertenece y que tal vez, no la necesite. Un mundo muy distinto al que existe en su memoria.

 

Esa noche, justo antes de su salida, ella recibe un telegrama anunciándole la muerte de su madre. La última persona que la ama a pesar de todo. La única que podía devolverle la confianza pérdida. El sueño del mundo exterior ahora se vuelve una pesadilla. Pero ella no quiere llorar y lejos de montar un “dramón” se carga de poesía e ironía para repasar lo que ha sido su vida desde que fue condenada.

 

Este monólogo creado por Azama es un espacio intermedio, una frontera entre dos realidades, entre un ayer y un posible mañana. La esclusa es una obra que apela a nuestra humanidad convirtiéndose en un eco de nuestro mundo interior. Un obra con rasgos de teatro poético y político que conforma un espacio donde la realidad refleja nuestras preocupaciones.

 

Un montaje que nos llama a empatizar y a rescatar lo mejor que hay dentro de nosotros.

 

 

Manuel, Manuel.


Y yo no puedo dejar de escucharla.


Desde ese día he estado varias veces más dentro de una jaula.


Ella siempre me esperaba afuera con un cigarrillo.


La última vez que salí de prisión un policía me dijo, antes de abrir la celda, que tenía vocación para esto.


Yo le sonreí.


En la calle, ella ya no estaba.

 

Manuel  Rodríguez

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