Este Domingo de Resurrección, al terminar el desayuno, en el cuaderno de la cocina, tracé varios diseños para los pendientes de corazón con cuya idea me fui a dormir la noche anterior. Había visto en Pinterest un broche de sagrado corazón de la artista textil francesa Ipikan que me dejó tentada. Es tiempo de atreverme con algo pequeño, detallado, pensé. Si usara abrigo, un prendedor vendría genial; pero viviendo en el trópico, mejor me hago unos aritos.
Diseño en mano, subí a mi taller a templar la tela de algodón (la más delgada que tenía) en un bastidor de 7 pulgadas. Recorté los moldes en papel y después en fieltro blanco, los cosí a la manta para fijarlos y los dejé listos para bordarlos después de almuerzo. Comencé con punto atrás en el borde y punto de arroz en el interior. Luego, para abultar el corazón y resaltar el brillo del hilo bordé dos capas de relleno –una vertical y una horizontal– en el interior del corazón. Luego bordé la capa final del relleno en vertical. Usé tres hebras de hilo DMC 321.
Elegí un tono naranja para hacer el borde del corazón en cadenilla. Luego un morado lila para las llamas (en punto largo y corto) y un gris plata para la parte superior. Los tonos elegidos para la cenefa fueron un azul verde que me encanta y un amarillo pollito. Les debo la numeración de todos esos tonos… pues lo fui tomando de los hilos en uso, que los tengo sin identificar. Cosí unas mostacillas plateadas y negras en la parte inferior de las llamas.
Me tomó unas 3 horas y media la fase del bordado de los dos milagritos. La parte más desafiante se acercaba. ¿Cómo convertir los sagrados corazones en aritos? Después de haber visto tutoriales japoneses de cómo hacer pendientes y broches a partir de figuras bordadas en tela, me atreví a cortar la manta alrededor de los corazones. Como pude, la cosí por la parte de atrás con una hebra de hilo de coser y los unté con goma blanca para pegarles un recorte de fieltro rojo.
Seguí pegando mostacilla en el borde del corazón. Para ello usé una hebra de hilo gris oscuro de bordar y una aguja adecuada. La hilera de mostacilla cosida une la figura bordada con la capa de fieltro del reverso. Parar insertar una argolla de donde poder colgarlos, cosí cinco mostacillas en la parte superior. Dejé dormir los corazones y esta mañana me apresuré a ponerles el gancho para las orejas y a fotografiarlos. Los milagritos miden menos de 4 cm de largo. ¡Estoy encantada con ellos! Como ven en la foto de abajo, ya comencé otro par para mi hermana.