Os cuelgo aquí este reportaje, aparecido hoy en el diario Público, sobre el papel del Banco Nacional de Desarrollo brasileño (BNDES) en el ascenso económico de Brasil y en su cada vez más indiscutible liderazgo regional. A menudo he conversado con mis amigos brasileños sobre el peligro de que, como todo país hegemónico, Brasilia tienda a abusar de su poder; en los últimos años, parece que Lula, siempre dialogante, entendió hasta qué punto era importante no despertar excesivas suspicacias de sus vecinos, empezando por sus socios del Mercosur: Uruguay y Paraguay, dos pequeños países entre gigantes, y Argentina, indispensable socio comercial que mira de reojo a su vecino del norte, tan cercana aún en el recuerdo la época en que era Buenos Aires la capital más importante de Suramérica y eran los argentinos quienes veraneaban Brasil al grito del «dame dos». La prensa conservadora paulistana se le echó encima a Lula, y lo seguirá haciendo con Dilma, cada vez que el Gobierno dio alguna migaja a Paraguay o a Bolivia, pero, en el fondo, la mayor parte de los latinoamericanos saben que en su unión reside su fuerza, y cada vez más brasileños entienden que ha llegado el momento de volver su mirada hacia los vecinos hispanohablantes. Llegó la hora del portuñol.
Brasil, el próximo líder latinoamericano
Entre la samba y el tango
el blog de Nazaret Castro