Cuando la luna rueda por el cielo como una moneda blanca, todo se vuelve de plata hasta en el interior de las cajas. Platea el mechero sin yesca, con el nombre de su dueño –Carbajo- grabado en la chapa. Platea el cascabel gordo como una avellana. Platean la pareja de mecheros de pipa, con sus caperuzas biseladas. Platea el gancho de acero formando su ese invertida que le da dos brazos. Y platean el botón remachado y el botón niquelado. Sólo la rana de cuerpo brillante como un rubí desgastado, conserva sus cuatro patas doradas. ¿Será porque es la única que le canta a la luna a la orilla del agua?