Si los conservadores toman las riendas del gobierno en Gran Bretaña esta semana, como la lógica de los resultados electorales parece indicar, España sería el único país de los seis mayores de la Unión Europea con un gobierno socialista.
El partido conservador ha dado allí un vuelco al mapa electoral rebasando ampliamente en votos y escaños a los laboristas en el poder.. Sin embargo, no tiene la mayoría absoluta. Las peculiaridades del sistema electoral británico hace que los conservadores(tories) necesiten ganar al menos con OCHO puntos de diferencia en el voto popular para poder obtener esa mayoría. No es la única injusticia de un sistema que penaliza claramente al tercer partido más votado. Este, el Liberal demócrata de Clegg, tiene en estos momentos la sartén por el mango dando sus votos a cualquiera de los dos grandes. Se piensa, con todo, que, después de unos días de suspense, acabará pactando con la agrupación claramente más votada, los conservadores.
Esto llevaría al poder a David Cameron un interesante y aparentemente contradictorio político británico relativamente joven, 43 años. Cameron procede de una rica familia emparentada generaciones atrás con la propia Reina Isabel. Ha estudiado en las Universidades chics británicas, tiene por lo tanto un pasado y una formación típicos de la clase más pudiente del país y, sin embargo, ha logrado convencer a muchos de sus compatriotas, cansados de trece años de gobierno laborista, de que él puede ser el cambio. El gusta de compararse con el Blair de la primera época y a semejanza de éste frente los líderes conservadores de la época o de Clinton en su momento con Bush padre, Cameron, en su oposición al primer Ministro Brown, transmite la imagen de la renovación, de pertenecer a otra generación distinta y más dinámica aunque Brown y él se lleven sólo quince años.
En el partido, Cameron se distinguió, aún en sus veintitantos años, por su habilidad en preparar a los parlamentarios conservadores para que contestaran con destreza en los Comunes en la sesión de preguntas y respuestas. Casaría con Samantha Sheffield, también de la altísima sociedad, su padre es descendiente del rey Charles II. La esposa, que le ayudó a obtener el puesto de jefe de relaciones públicas de una importante cadena televisiva, se ha convertido en un buen poster electoral. Trabaja como director creativo en una conocida empresa de papelería y la pareja ha vivido un calvario con un hijo con parálisis cerebral que murió el pasado año. David fue elegido diputado a los 31 años y en el 2005, cuando el líder conservador Howard dimitió después de su tercera derrota, sería nombrado su sucesor en una Conferencia del partido en Blackpool en la que nadie daba un duro por él. Hizo un discurso, sin notas ni teleprompter, de tal contundencia y claridad, que arrasó. La intervención, espontánea a primera vista, parece que estaba minuciosamente ensayada los días antes.
Esa es la crítica que a menudo se le dirige, que es un mero producto de las relaciones publicas cosa que él evidentemente niega. Muchos británicos, con todo, se siguen preguntando quien es verdaderamente David Cameron.
Tratemos de espigar algo sobre su pensamiento en política exterior. A pesar de sus proclamas de similitud con Blair, el líder conservador es menos atlantista(alianza con Estados Unidos) y menos europeísta que el laborista citado. No reniega de la relación especial con Washington pero dice que hay que ser conscientes de que Gran Bretaña es en ella el miembro menos importante(lo que parece implicar que hay que evitar ser el perrillo faldero de los americanos). En el Parlamento europeo sacó a su partido del grupo en el que se insertan los de Merkel, Sarkozy y el PP de Rajoy. En Bruselas, se desconfía de él.
No le ha gustado la sugerencia estadounidense de que Londres debería negociar con Argentina sobre las Malvinas y lo dice. Sobre el Medio Oriente ha sido valiente. Parece dispuesto a secundar a Obama para exigir a Israel que pare la construcción de los asentamientos judíos y declara: A diferencia de los laboristas cuando visité Israel fui a Jerusalén este y me referí a esa zona como «el ocupado Jerusalén este».
Algo que efectivamente no todo el mundo hace.
El tiempo aclarará si Cameron sigue sorprendiendo