(Fotografía: Tirso Sajonia-Coburgo)
Desde 2003 Carla Royo-Villanova es empresaria con la línea de productos de belleza Carla Bulgaria Roses Beauty y CB Travel. Es autora de los libros La sencillez del saber estar y Madre no hay más que una, entre otros. Está casada con Kubrat de Bulgaria y son padres de tres niños, Mirko, Lucas y Tirso. Colabora con The Luxonomist y Hola Viajes.
«Casi nazco en un tren camino de Bilbao. Tenía prisa por empezar a pelear y decidí nacer en Valladolid. Por algo dicen que los de Bilbao nacemos donde nos da la gana. Pero me siento canaria porque, como dice un hijo mío, uno no es de donde nace sino de donde quiere morir». Sin embargo, lleva a Cantabria en el corazón y nunca falta a su cita anual con Santoña, su paraíso peninsular. Cabo de Palos es su otro escondite desde niña. El mar, sea el que sea, siempre va con ella. «Pasaría horas mirando su horizonte». Estudió Derecho porque su padre así se lo recomendó. «No le pareció suficiente para mí la carrera de Bellas Artes. Fue entonces cuando dejé de pintar. Juré que no lo haría si no podía perfeccionar y aprender. Sustituí la pintura por la fotografía». Casarse y tener una familia le enseñó, «la importancia de la paciencia, la tolerancia y la generosidad. Me siento afortunada con la familia que tengo. Desde mis padres, mis hermanos, hasta mis primos y tío. Somos una piña llena de sabor y de energía. Y por supuesto, mi marido y mis hijos, motor de todo lo que hago. Soy una entusiasmada de la vida, que disfruto a cada instante, como si fuera el último». En 2003 decidió tirarse a una piscina. «No sabía si tenía agua. Aún no lo sé. Pero sigo luchando por sacar adelante mi empresa cosmética, Carla Bulgaria Roses Beauty. Quiero acercar a todos la magia del agua de rosa Damascena que un día cautivó a mi piel. Demostrar que se puede hacer cosmética de calidad y eficaz a precios razonables. Confío en la inteligencia del cliente». Su hobby, además de la fotografía, es escribir. Además de cinco libros, tiene blogs, el de cosmética y otros de viajes y gastronomía, «que me permiten escribir y compartir fotografías de los lugares que recorro, de los restaurantes que visito e incluso de algunas de mis recetas favoritas. Es mi forma de evadirme para seguir creando».
Propongo a Carla Royo -Villanova un juego con el lenguaje para así hacer un recorrido a través de su personalidad, inquietudes, aficiones y realidades varias. Agitamos como una coctelera el diccionario y de las letras que surgieron la princesa de Panagiúrishte escogió las siguientes palabras dejando sobre ellas su particular definición.
AMIGOS. Para quererlos y cuidarlos. Para reír y para llorar.
APRENDER. Dejaré de hacerlo el día que me muera.
ARRUGAS. Cicatrices de la vida. Debemos cuidarlas y mimarlas, no borrarlas.
BULGARIA. El país de las rosas, el origen de mi empresa cosmética. Un lugar donde la historia de Europa se hace una.
CANARIAS. El lugar donde quiero morir. Mis islas del alma.
CREATIVIDAD. Gracias a ella sonrío cada día.
DAR. Sin esperar nada a cambio.
EDUCACIÓN. O respeto. Fundamental para la convivencia pacífica en cualquier sociedad.
ESFUERZO. Lo que más se agradece se consigue con esfuerzo. Debe ser constante y diario.
FAMILIA. Lo más importante siempre.
GASTRONOMÍA. Una buena manera de disfrutar y de aprender.
GUILLERMINA. Mi hermana del alma, el humor y la sonrisa perpetua. Mi ídolo femenino.
GRACIAS. Una hermosa palabra que, a veces, se nos olvida.
HUMOR. Lo que cobra verdadero significado cuando las cosas van mal.
ILUSIÓN. Nunca debe perderse.
IMPUESTOS. Creo que lo mejor para estimular la economía y el consumo nacional hay que bajarlos.
JAIME. Mi padre. Siempre apoyando a sus hijos. Siempre ahí.
KUBRAT. El amor de mi vida.
LUCAS. Mi pequeño gran psiquiatra.
LUCHA. No temo la muerte por ser muerte, sino porque es el fin de la batalla.
MIRKO. Mi niño. Él fue quien me hizo madre.
MOVIMIENTO. Es vida.
MURCIA. La tierra de mi familia, maravilla del Mediterráneo, mi encuentro anual con mis primos.
-Sus lazos con Murcia son múltiples: su abuela nació en Cieza, visita mucho Calasparra y veranea desde que nació en Cabo de Palos-
NAVIDAD. Su espíritu me acompaña siempre.
ODIO. Envidia y rencor. Las armas de los cobardes.
PADRES. Gracias, siempre.
ROSA. Mi pasión, mi empresa, mis cremas, mi magia.
SONRISA. Nunca se puede olvidar en casa.
TIRSO. Mi alegría diaria, mi pequeño gourmet.
TRABAJO. Un derecho de todos que, en este país, brilla por su ausencia.
VALENTÍA. Las cosas se consiguen si se persiguen con valor, esfuerzo, ilusión y trabajo.