carros

acabo la lectura de Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina (1970) en un lugar de jugos (de guanábana) junto a la catedral de Medellín (antes leí El Tiempo (4.900 pesos) y escuché un poquito la misa y el pasaje en el que Dios hizo las cuatro estaciones), el libro explica la dependencia de la América Latina de los Estados Unidos de América y cómo el colonialismo y el imperialismo

entiendo mejor lo que veo y escucho

he encontrado un ejemplo, una imagen que explica

dos realidades destacan mucho en esta ciudad (supongo que en el resto del país también) y los tres pueblos que he visitado

1 – la música (casi siempre en español y de baile) a todas horas, en todas partes

2 – los coches (millones) a todas horas, en todas partes

no hay una sola empresa automovilística de aquí, recorro la ciudad (desde Plaza Bolívar) apuntando en las hojas en blanco del libro las marcas:

Nissan, Volkswagen, Kia, BMW, Mazda, Daewoo, SsangYong, Chevrolet, Renault…

cogemos un taxi (mi amiga paisa, la Flaca y yo) y me pongo delante para hablar con el conductor

(estoy pensando ya en este texto, dirijo la conversación hacia la carretera

siempre echaré de menos ser periodista)

dice:

-porque muchos se matan con ellas, es la venganza japonesa

-qué es eso?

-todas las motos son japonesas

dice:

-en Colombia no haremos carros, pero de aquí salen las muchachas más bonitas, al mundo

y sube un poquito la música que lleva a todo trapo (esto es ficción, porque la conversación fue sosegada)

máquinas, equipos y herramientas

para mantener en funcionamiento y para ampliar la capacidad productiva

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