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Mientras tantoCeleste Caeiro en la Revolución de los Claveles

Celeste Caeiro en la Revolución de los Claveles


 

Celeste Caeiro

Me entero en la prensa por alguna conmemoración del día 25 de abril de 1974, cumpliéndose hoy el 50º aniversario de la Revolución de los Claveles en Portugal, que tumbó una dictadura de casi medio siglo de duración, y que preocupó un tanto a Franco, ya el único dictador de Europa; me entero de que a Celeste Caeiro, una joven camarera lisboeta, esa mañana le pidieron cigarrillos unos soldados que habían iniciado el golpe, y como no tenía, les dio claveles. Los soldados, entonces, metieron el clavel por la bocacha de sus fusiles, evitando disparar. El detalle de esta muchacha dio nombre a lo que estaba pasando. El nombre clave del Terreiro do Paço, la Plaza del Comercio lisboeta, enorme solar a la orilla del río Tajo, sede de los organismos ministeriales, el nombre clave del lugar fue Toledo, un lugar señaladísimo en los acontecimientos de la revolución. No en vano, pues la Ciudad Imperial, como la Plaza del Comercio, está a la vera del río Tajo.

¿Estará emparentada Celeste Caeiro con el poeta Alberto Caeiro, también lisboeta? Yo creo que no, pero todo puede ser. Pues a raíz de esta noticia, he compuesto este soneto:

 

A CELESTE CAEIRO, EL 25 DE ABRIL DE 1974 EN LISBOA

Celeste, te pidieron cigarrillos
esos soldados del golpe de Estado.
Tú sentiste el haberles defraudado,
pues no tenías tabaco en tus bolsillos.

El pueblo se deshace de los grillos
con que la tiranía le ha esposado
durante tanto tiempo. Emancipado,
ve cómo se bloquean los gatillos.

Celeste mira el ramo de claveles
que va ondeando por Largo do Carmo
buscando un logro en este mes de abril.

Esos rojos claveles son laureles.
Los soldados proclaman: «Yo no armo
más que con estas flores mi fusil.»

 

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