La historia es casi para cagarse de risa: se programa un homenaje a una pésima editora, Martha Meier Miró Quesada, por su supuesto apoyo a la cultura, en la Feria Internacional del Libro de Lima. Casi de inmediato se juntan quienes hacen cultura en el país para protestar (uno de los que más protestaba era su pariente, un buen poeta). Después, con los ánimos caldeados, temiendo publicidad negativa, la Feria decide proceder con el homenaje pero a puertas cerradas. Días después, un blog de libros llamado Lee por gusto, decide mencionar una lista de eventos lamentables en la Feria, entre ellos el cuestionado homenaje. Entonces pasa lo que tenía que pasar: la homenajeada por favorecer a la cultura presiona (porque el blog es editado bajo el paraguas de la empresa que dirige su familia) y se anuncia la clausura del blog. ¡Un blog de libros!
Si es como para volver a homenajearla por tarada.
Desde su oficina, la homenajeada sigue tirándole más lodo al nombre de su familia. Martha Meier Miró Quesada (MMMQ para los sufridos lectores que tropiezan con frecuencia con sus horribles pininos periodísticos), una de las peores editoras que han pasado por las páginas del diario El Comercio.
En 2004, el escritor Santiago de Prado publicó Peruvianorum Fragmenta, sátira ingeniosa donde se asumía que en el lejano futuro, el estudioso Albin Reidemeister analizaba los textos recargados de César Hildebrandt, fragmentos editoriales de su diario Liberación, que habían sobrevivido como uno de los escasos exponentes de la cultura peruana del siglo XXI (en el texto se menciona a Vargas Llosa y se dice que ninguna de sus novelas ha llegado al futuro). Si se hiciera un experimento similar con los textos publicados por MMMQ en El Comercio –mal redactados, primariosos, llenos de lugares comunes– es posible que nadie en el futuro sospechara del prestigio del que se jacta El Comercio ni la calidad periodística de los muchos que han escrito en este medio desde su fundación en el año 1839.
El Comercio, desde que yo tengo recuerdos, era el periódico con el que nos enterábamos de los resultados de las elecciones, de los eventos internacionales, de los debates alrededor de una ley y de las películas que estaban en la cartelera. Era el único en que publicábamos avisos para comprar o vender, y la fuente del entretenimiento «culto» de los Geniogramas. La oferta mejoró cuando apareció Somos, la revista de los sábados. Dirigida con liberalidad y buena pluma, Somos podía ser ligera y ácida a la vez. Se las arreglaba para hablarnos de salud, de política, de música, de libros, y hasta darnos las respuestas de los famosos a la pregunta del cuestionario de Proust ¿Qué persona viva te parece despreciable?, donde aparecían, turnándose con frecuencia, los nombres de Alan García y de Abimael Guzmán.
Durante el primer gobierno de Fujimori, este periódico tendía a ser neutral. Sin embargo, primero desde Somos, apareció a fines del fujimorato una cadena de resistencia que mostraba lo que otros medios callaban. Había crítica con ideas y muy bien redactada. Daba la impresión, así no coincidieras con su posición política, que estaba escrita por gente inteligente. Bajo la dirección de la familia Miró Quesada, El Comercio parecía preocupado por mantener su prestigio y cierta independencia, garantizada por los nombres que escribían en él. Durante los últimos años de Fujimori, cuando el diario se posicionó contra los afanes reeleccionistas, fue su equipo de investigación el que destapó algunos de los mayores escándalos de la dupla Montesinos-Fujimori.
Así que fue una pequeña sorpresa que en vísperas de las elecciones del año 2010, MMMQ se pusiera los guantes de la conducción ideológica del diario, purgara a los periodistas que podía–y presionara a muchos hasta conseguir que arrojaran la toalla para salvar su dignidad– dejando saber por escrito que su empresa editorial quería evitar a toda costa que Ollanta Humala llegara al poder. Fue por esas lunas en que Mario Vargas Llosa –virulento enemigo del dictador Fujimori– solicitó a El País que cancelara la publicación semanal de su columna Piedra de Toque en El Comercio, en una carta abierta donde manifestaba su indignación ante el manejo autoritario de la empresa periodística, a cargo de MMMQ.
Y bueno… no hagamos más bilis. Bien mirado, el asunto es para cagarnos de risa. Una persona que se cree capaz de callar las críticas cerrando un blog de literatura no puede llegar tan lejos. Intentó que perdiera Ollanta Humala y no lo consiguió (es posible incluso que sus lectores, asqueados por el trato que recibió Humala, decidieran votar por él).
Sólo sé que si me sentaran frente a Proust y él me preguntara ¿Qué persona viva te parece despreciable? tendría mis cuatro iniciales muy a la mano. Ya lo saben. Como dicen mis amigos dominicanos: TáTó.
Acá Newyópolis. Cambio y fuera.
Epílogo:
Se publicó en varios medios, entre ellos la revista Caretas, una larga lista con los nombres de intelectuales que protestaban contra el homenaje a MMMQ. El periodista Gustavo Gorriti ha escrito sendos artículos sobre el pasado avergonzante de la señora Martha Meier, su amistad con Martha Chávez, su pésima redacción y sus triquiñuelas dictatoriales. Además, El blog Lee por gusto está intentando recuperar el contenido para mudarlo a su nueva página web.