No se equivoquen que no me refiero a los tipos cafres que en vez de hacer el amor o follar como Dios manda te hacen un desaguisao. Yo he debido de tener suerte en cuanto a amantes y no he dado con ninguno de éstos pero sé por las amistades que, como las meigas, haberlos haylos… Con lo de chapuzas eróticas me refiero a los anuncios por palabras que están provocando que más de un francés se rasgue las vestiduras: resulta que en las webs de anuncios galas proliferan los mensajes del tipo “realizo chapuzas a domicilio (fontanería, electricidad) a cambio de polvo”. Y a la gente le parece mal: de hecho, en una noticia publicada por un medio español haciéndose eco de lo que pasaba al otro lado de la frontera el periodista decía “el mito guarro del fontanero trasladado a la era de Internet”. ¿Quién es el guarro, el fontanero que piensa en follarse al ama de casa o ésta por fantasear con tirársele a él?
Lo primero, si es que hay alguna lectora, por favor que levante la mano la que no ha fantaseado alguna vez con hacérselo con un chicarrón de buen ver, con mono o sin él, con la piel brillante de sudor. Desde el hombre Coca Cola Light al butanero del país del Este. Que fantasear no es malo y si la fantasía se torna realidad y los dos quedan tan contentos, pues mejor que mejor.
Y segundo: ¿pero cómo no va a haber este tipo de anuncios en los que uno presta su saber hacer en cualquier disciplina a cambio de mimos? Si es que la gente se siente muy sola hombre y se folla poco, sea aquí o en Francia. Al parecer uno de los señores que se ofrecía era un autónomo (es que los autónomos estamos muy jodidos, todo hay que decirlo, yo creo que el Gobierno debiera tomar medidas ya) del extrarradio de París: el señor, que ya peinaba canas, confesaba que empezó a anunciarse para realizar labores remuneradas de bricolaje pero un día una señora algo le contactó para preguntarle si podía pagarle con sexo. Y ahí empezó todo… Yo creo que la sociedad en general debiera ser más comprensiva: hay crisis coño, la gente no tiene pasta. Y además, esto es como el Banco del Tiempo, ¿no?: uno intercambia algo que sabe hacer por otro servicio. Y santas pascuas. La gente tiene poco sentido del humor. Yo, por ejemplo, ya hablé hace unos meses en este blog de que los esclavos domésticos que te limpian la casa a cambio de gratis son muy prácticos en momentos de crisis económicas. Y porque de momento me va bien en esto del periodismo pero el día que se de la vuelta la tortilla me veo poniendo anuncios del tipo: “Busco profesor de fotografía. Pago en carne” o “Cambio francés por chapuzas a domicilio”.