Hoy, viajar a las Islas Baleares es “pan comido”. Hordas de turistas lo hacen cada año y las toman al asalto. Sin embargo, en 1838 era toda una aventura llegar hasta allí. Cuando los médicos recomendaron a Fréderic Chopin cambiar de clima para mejorar su delicada salud, George Sand y él no lo dudaron y se marcharon a Palma de Mallorca acompañados por los dos hijos de la escritora y compañera del célebre compositor y pianista polaco. Se alojaron en la Cartuja de Valldemosa desde el 20 de diciembre de aquel año hasta el 13 de febrero de 1839, que abandonaron la isla.
Chopin fue un niño prodigio que a los seis años ya frecuentaba los salones de la aristocracia de Varsovia donde demostraba sus habilidades con el piano. De aquella época son sus primeras composiciones que fueron el preludio de sus conocidos Nocturnos y Sonatas, obras que se enmarcan en la corriente del Romanticismo Musical del que fue su gran representante, que abarca desde 1820 hasta los primeros años del siglo XX.
Nació en Zelazowa Wola, Polonia, el 22 de febrero de 1810 y murió en París el 17 de octubre de 1849 como muchos románticos hubieran soñado hacerlo; de tuberculosis.
A lo largo de 2010 se han celebrado diversos eventos para conmemorar el bicentenario de su nacimiento. El próximo miércoles día 8 de diciembre, en los Teatros del Canal de Madrid, desde las 12,00h hasta las 23,00h y de manera ininterrumpida se celebrarán unas jornadas de puertas abiertas, bajo el título de “Chopin-issimo”, para disfrutar de la obra del compositor.
También en Madrid y también en un teatro, el Réplika Teatro ha organizado un ciclo bajo el título “Chopin Confabulado” que durará hasta el martes día 7 de diciembre, en el que se disfrutará de teatro, música, danza, conferencias, debates y proyecciones en torno a su figura y su obra. Además, se estrenará y se representará todos los días que dura el ciclo, la obra de teatro “El corazón de Chopin (preludio) de Jaroslaw Bielski.
Y ahora, mi particular homenaje a Chopin; callar y escuchar.
@Estivigon