A lo largo del último año, la artista palestina Nidaa Badwan apenas ha abandonado su diminuta habitación en la casa de Gaza en la que vive con sus padres. Con una ventana y una bombilla desnuda, en su cuarto recrea en elaborados autorretratos su propio mundo, al margen del conflicto con Israel y las restricciones impuestas por los fundamentalistas de Hamas, como recordaba en su primera página el pasado fin de semana el International New York Times. Con 27 años, la construcción de sus imágenes que parecen reminiscencias de los maestros holandeses de los siglos XVI y XVII, le lleva entre una semana y hasta un mes. “Espero por la luz”, dice esta insólita fotógrafa que hasta hoy expone sus obras en la Al Hoash Gallery Jerusalén, aunque la muestra, titulada Cien días de soledad, en homenaje a la obra de Gabriel García Márquez, viajará a cuatro ciudades de Cisjordania (Nablús, Ramala, Hebrón y Belén), a la espera de que se confirme el salto a París y Berlín.