Los océanos son el mayor ecosistema de la Tierra. Estas extensas masas de agua regulan el clima y dan de comer a miles de millones de personas, pero su salud está en peligro. La segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que se celebrará a finales de junio, representa una importante oportunidad para reparar los daños que la humanidad sigue infligiendo a la vida marina y a sus medios de subsistencia.
El objetivo de este evento, que tendrá lugar entre el 27 de junio y el 1 de julio, es marcar una nueva era en relación con los océanos. Para ello, contará con la presencia de delegados de los Estados miembros, organizaciones no gubernamentales y universidades, así como de empresarios que buscarán formas de hacer crecer de forma sostenible la denominada «economía azul».
Noticias ONU ha preparado estos apuntes como guía de esta importante reunión.
1. Ha llegado la hora de centrarse en las soluciones
La primera Conferencia de la ONU sobre océanos, celebrada en 2017, se consideró como un punto de inflexión que sirvió para alertar al mundo sobre los problemas a los que se enfrentan los océanos. En palabras del enviado especial del Secretario General de la ONU para los océanos, Peter Thomson, en Lisboa «se tratará de aportar soluciones a esos problemas».
El evento está pensado como un espacio para que la comunidad internacional impulse la adopción de medidas innovadoras y con base científica que permitan la gestión sostenible de los océanos, entre ellas la lucha contra la acidificación del agua, la contaminación, la pesca ilegal y la pérdida de hábitats y biodiversidad.
La conferencia también determinará el grado de ambición en la aplicación del Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030). El Decenio será uno de los temas principales de la conferencia y protagonizará varios actos importantes, en los que se aspira a conseguir unos océanos más sanos y sostenibles.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el proyecto de la Organización para que las personas y el planeta cuenten con un futuro más justo, fijó diez objetivos relacionados con los océanos que deben alcanzarse a lo largo de esta década. Entre ellos se incluyen las acciones para prevenir y reducir la contaminación y la acidificación de los mares, lograr la protección los ecosistemas, regular la pesca y aumentar los conocimientos científicos. Los diálogos interactivos de la conferencia se centrarán en cómo abordar muchas de estas cuestiones.
La juventud también contará con un destacado papel durante el encuentro. En Lisboa se contará con la participación de jóvenes emprendedores que están buscando soluciones innovadoras para los problemas más acuciantes a los que se enfrentan los océanos.
Del 24 al 26 de junio participarán en el Foro de la Juventud y la Innovación, una plataforma destinada a ampliar las iniciativas, proyectos e ideas de los jóvenes emprendedores e innovadores, ofreciéndoles formación profesional y poniéndoles en contacto con mentores, inversores, representantes del sector privado y funcionarios públicos.
El foro incluirá un «Innovathon», una maratón de innovación que reunirá a grupos de cinco personas que trabajarán juntos para crear y proponer nuevas soluciones para la conservación de los océanos.
2. Hay mucho en juego
Los océanos son una fuente continua de oxígeno, sustento y alimentos. Nutren a una cantidad inimaginable de biodiversidad y apoyan directamente al bienestar humano, a través de múltiples recursos alimentarios y energéticos.
Además de ser una fuente de vida, el océano estabiliza el clima y acumula carbono, actuando como un gigantesco sumidero de gases de efecto invernadero.
Según las cifras que baraja la ONU, cerca de 680 millones de personas viven en zonas costeras de baja altitud, una cifra que aumentará a unos mil millones en 2050.
Además, los últimos análisis estiman que las actividades industriales basadas en el uso de los océanos emplearán a 40 millones de personas a finales de esta década.
3. El punto de mira se centra en Kenia y Portugal
Aunque la Conferencia se celebra en Portugal, el evento está coorganizado por Kenia donde el 65% de personas que habita en la costa reside en zonas rurales y sus principales medios de vida son la pesca, la agricultura y la minería.
Para Bernadette Loloju, una residente en el condado keniano de Samburu, el océano es importante porque les permite obtener muchos de los bienes que necesitan. «El océano contiene muchos organismos vivos, incluyendo peces. También nos proporciona alimentos. Cuando vamos a la ciudad de Mombasa, disfrutamos de la playa y nos bañamos, lo que aumenta nuestra felicidad».
La ganadora del premio Joven Campeón de la Tierra del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Nzambi Matee, tiene el mismo punto de vista. Nzambi vive en Nairobi, Kenia, y es la fundadora de Gjenge Makers, una compañía que produce materiales de construcción sostenibles y de bajo coste fabricados con residuos plásticos reciclados.
Matee aprovecha la basura plástica colectada por los pescadores en el mar y la convierte en ladrillos para la construcción: «mi trabajo de reciclaje de residuos plásticos me ha permitido emplear a más de 113 jóvenes y mujeres, que en total han producido 300.000 ladrillos. Me gano la vida con el océano, y por tanto el océano es mi vida», señaló.
La misma pasión por el océano la comparte Portugal, el Estado miembro de la Unión Europea con mayor extensión costera, unos cuatro millones de kilómetros de costa continua, y como tal, un país que desempeña un papel central en la cuenca atlántica.
«Nuestras expectativas para la Conferencia de la ONU sobre los Océanos pasan por que sea una conferencia centrada en la acción y no sólo en el compromiso”, afirma Catarina Grilo, directora de conservación y políticas de la Associação Natureza Portugal, una organización no gubernamental que trabaja juntamente con el Fondo Mundial para la Naturaleza.
La Asociación dirige varios proyectos en los ámbitos de la protección marina, la pesca sostenible y la conservación de los océanos.
«La anterior conferencia en Nueva York fue un buen momento para concienciar sobre el papel de los océanos en el bienestar humano. En aquel entonces conseguimos muchos compromisos voluntarios de los Estados miembros y de las organizaciones no estatales, pero ahora es el momento de pasar de las palabras a los hechos».
4. Los océanos y el clima del planeta tienen una relación intrínseca
Los océanos y el clima terrestre están estrechamente interconectados entre sí de múltiples modos. A medida que la crisis climática sigue representando una amenaza existencial, aparecen algunas mediciones clave que los científicos vigilan de cerca.
Según el último informe sobre el cambio climático de la Organización Meteorológica Mundial, el aumento medio anual del nivel del mar en todo el mundo fue de 4,5 mm entre 2013 y 2021. Este fenómeno se produjo a causa del creciente derretimiento de las capas de hielo del planeta.
Los océanos absorben cerca del 23% del CO2 generado por las actividades humanas, y a consecuencia de ello se producen reacciones químicas que acidifican el agua del mar. Este fenómeno pone en peligro los ecosistemas marinos ya que, a mayor acidez del agua, menor es la capacidad de absorción de CO2.
El director de proyectos de la Fundación Océano Azul, Samuel Collins, cree que la conferencia servirá de puente hacia la COP27, el mayor encuentro sobre cambio climático de la ONU que se celebrará el próximo mes de noviembre en Sharm El-Sheikh (Egipto).
«Los océanos representan un elemento básico para el clima. Albergan el 94% del espacio vital del planeta. Podría recitar estadísticas impactantes para todos nosotros», afirma este escocés de 27 años.
«La razón por la que los productos que compramos en la tienda son tan baratos es porque el transporte marítimo moviliza el 90% de los artículos que encontramos en nuestros hogares, por lo tanto, existen múltiples razones por las que estamos conectados al océano, tanto si vives en un país con salida al mar como si no. No hay organismo vivo en la tierra que no esté relacionado con el océano».
5. ¿Qué puedes hacer para ayudar?
A la espera de la respuesta activa de los responsables y los líderes mundiales, les preguntamos a algunos expertos —entre ellos Catarina Grilo y el biólogo Nuno Barros, así como a Sam Collins— qué pueden hacer los ciudadanos para fomentar una economía azul sostenible. A continuación, les presentamos algunas ideas que pueden incorporar a sus vidas cotidianas:
Si come pescado, diversifique su dieta y no coma siempre la misma especie de marisco. Evite también el consumo de los principales depredadores y asegúrese de que la comida procede de fuentes responsables.
Dado que el 80% de la contaminación marina se origina en tierra, ponga de su parte para evitar que la polución por productos plásticos llegue al mar. Puede ayudar utilizando productos reutilizables, evitando usar productos desechables y asegurándose de depositar los residuos en los contenedores adecuados.
No tire basura en la playa y recójala. Piense también que cualquier medida que pueda tomar para reducir su huella medioambiental ayudará de forma indirecta a los océanos.
Siga reivindicando soluciones, tanto en la calle como escribiendo cartas a los responsables de la toma de decisiones, firmando peticiones o apoyando campañas destinadas a convencer a los responsables de adoptar medidas, ya sea a nivel nacional como mundial.