Home Brújula Citas sin comentarios de ‘Arquitectura moderna: una breve introducción’, de Adam Shar

Citas sin comentarios de ‘Arquitectura moderna: una breve introducción’, de Adam Shar

La arquitectura es un arte que desde hace años me interesa mucho. No sé muy bien por qué. Pero la lectura de este libro me ha ayudado a entenderlo mejor. Creo que los apuntes que recojo pueden ser interesantes para cualquiera que se acerque a esta forma de expresión.

–  El magnífico juego, bien informado y correcto, de los volúmenes bajo la luz.

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– Los distintos materiales de construcción conllevan sus propias lógicas inherentes: las innovaciones materiales expandieron enormemente la imaginación de los arquitectos modernos: los arquitectos no crearon el acero o el hormigón armado, ni los tubos fluorescentes o el aire acondicionado, pero apreciaron cómo esas tecnologías podrían hacer que el mundo se viera y se sintiera de forma diferente.

– Inspirados por las casas de Wright, los arquitectos continuaron investigando cómo se podrían imaginar los espacios si las habitaciones de mampostería rígida se disolvieran y las paredes se entendieran como superficies en el espacio. El acero permitió que los pisos necesitaran menos puntos de apoyo en las columnas o paredes que con la madera. En lugar de encerrar una serie de celdas, las paredes podrían ser reimaginadas como pantallas que no aislaran unas actividades de otras, capaces de separarlas, pero sin parcelarlas en compartimentos: como planos independientes dentro de espacios más grandes. Unos planos que podían imaginarse como deslizándose hacia fuera de los edificios, difuminando las divisiones entre el interior y el exterior, todo alentado por la noción del espacio como algo fluido y continuado.

– Las diferencias entre los sucesivos edificios son apenas perceptibles para los no especialistas, pero sus seguidores entendieron su desarrollo como una búsqueda espiritual y rigurosa para reducir la arquitectura a formas y proporciones básicas. Menos es más, proclamó Mies.

– Juntos, Narkomfin y Highland Park muestran cómo las estructuras de hormigón armado llegaron a representar las ideas radicalmente opuestas del comunismo y el capitalismo avanzado en el siglo XX. Indican cómo el hormigón, a la vez líquido y sólido, sin forma y formado, natural y creado por el hombre, se asoció con intentos divergentes de replantear el orden social y la producción mecanizada.

– Los comentarios sobre Villa Savoye (obra de Le Corbusier) surgieron tanto de forma escrita como en forma de construcciones. Eileen Gray, por ejemplo, desafió el trabajo de Le Corbusier con la obra de una casa denominada E. 1207.

– El ladrillo, en la obra de arquitectos como los miembros de Team 10, denotó que la modernidad podía entenderse menos como un nuevo comienzo para la historia humana que como una extensión de esta. La adopción de este material en la arquitectura moderna representó un desafío a la visión de línea dura de la modernidad como rechazo de la historia, entendiendo la arquitectura moderna de manera diferente, como su continuación.

– El pensamiento de Team 10 sobre mantener una claridad laberíntica en edificios densos y complejos y sobre la importancia de los umbrales para animar las experiencias arquitectónicas y explotar el potencial social de los espacios en transición.

– Las diversas aperturas de los edificios fueron entendidas como creadoras de sombras, reconociendo cómo la sombra y la brisa facilitan la sociabilidad, creando lugares para que las personas se detengan y hablen.

– El campus de General Motors (de Eero Saarinen) ilustra algunos de los cambios producidos tras la posguerra. Diferentes culturas occidentales se alejan de la idea tradicional de la vida cívica como algo que se lleva a cabo en las calles y plazas de la ciudad, van hacia una nueva preferencia por los reinos privados de las oficinas, los coches, los hogares y los televisores. El campus de GM también anticipó la idea de una sociedad en red.

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– Y la oscuridad interior era interrumpida por los haces de luz procedentes de las diversas aberturas, complementado todo ello por una luz etérea que emanaba de una delgada franja perimetral, donde el tejado se elevaba ligeramente por encima de los muros.

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