1 – ¿Quién ha vivido ya un día logrado?

2 – El día logrado es radicalmente distinto de un día sin molestias, un día de felicidad, un día lleno, un día activo, un día superado, un día glorificado por un largo pasado. El día logrado no se puede comparar con nada. Es único en su especie.

3 – En el día logrado las montañas de Catskill deberán ser las montañas de Catskill, torcer hacia el área de descanso deberá ser torcer hacia el área de descanso, el periódico del domingo deberá ser el periódico del domingo, el atardecer deberá ser el atardecer. Tu resplandor a mi lado.

4 – Un día peligroso, lleno de obstáculos, de angosturas, de emboscadas, un día en el que uno se expone, en el que se balancea sobre el mar.

5 – La idea es realmente. No la he leído en ninguna parte, ni me la he inventado, sino que ella vino a mí, en un tiempo de penuria, con el impulso que para mí ha sido siempre digno de crédito, el impulso de la fantasía. La fantasía es mi fe.

6 – A la nada de nuestros días se trataba ahora de hacerla fructificar, de la mañana a la noche (¿o también a la medianoche?). Y repito: la idea era luz. La idea es luz.

7 – En el día logrado no habrá ninguna costumbre, desaparecerá toda opinión, estaré sorprendido por él, por ti, por mí mismo.

8 – ¡Venga, a la transformación!

Desde que leí este libro busco el día logrado. Aunque realmente no lo encuentro. Voy a empezar otra vez.

Seguro que así, ahora sí.

Ensayo sobre el día en el que me desperté y no miré la hora y nunca supe a qué hora me fui a dormir por la noche, ensayo sobre el día (siguiente) que volví a despertarme y tuve la sensación de las esferas y la alegría del tiempo y nuestro encuentro.

¿Logré mi día?

Todavía no.

Todavía (queda) hay tiempo.