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Citas y comentario: ‘La vuelta al mundo de un novelista’, de Vicente Blasco Ibáñez

En el número 8 de esta serie me ocupo del primer volumen del libro La vuelta al mundo de un novelista (1924), del escritor Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928).

Comentario. Esta vez no realizaré comentarios después de las citas. Solo quiero mostrar al lector interesantes estampas del mundo de hace casi cien años.

Cita 1. En la Ópera de la Habana ha llegado a costar una butaca cien pesos oro por noche. Tan irritante pareció a algunos este despilfarro que protestaron contra él bárbaramente, arrojando una bomba en plena función.

Cita 2. En las ciudades de los Estados Unidos el domingo es el día en que se venden más periódicos. Los grandes diarios publican ediciones extraordinarias, de ochenta o cien páginas, con novelas completas y resúmenes de todas las materias que pueden interesar. Desde el amanecer, los vendedores vocean en las calles la enorme edición dominical.

Cita 3. Basta caminar unos cuantos metros para haber saltado de la República de Panamá con sus leyes de nación libre y soberana a la República de los Estados Unidos. En una esquina es delito beber líquidos alcohólicos y se castiga con severas penas. El trabajador norteamericano no tiene más que dar unos cuantos pasos fuera de la acera y le es lícito emborracharse hasta caer al suelo, revolcándose cuanto quiera con absoluta libertad.

Cita 4. En los últimos años otra moda higiénica ha venido a aumentar la fealdad del japonés moderno. Llamó mi atención la gran cantidad de hombres con un emplasto negro o blanco sobre la nariz sostenido por dos elásticos sujetos a las orejas. Encontré muchedumbres enteras con la horrible cataplasma en mitad del rostro. Pregunté, y supe que, para evitar la gripe, el japonés se coloca en invierno uno de estos bozales con gotas antisépticas, y así va tranquilamente todo el día.

Cita 5. La situación social de cada mujer se conoce por su peinado. La etiqueta japonesa creó cinco maneras de peinarse, para que los hombres no sufran equivocaciones al sentir interés por alguna de ellas. Hay el peinado para las niñas de cinco a siete años; para las muchachas de diez a quince; para las intelectuales, estudiantes y artistas; para las solteras después de los dieciséis años; y para las casadas, que resulta el más abundante en las calles.

Cita 6. El cinematógrafo de origen americano bate al teatro japonés en el Yosywara de Kioto, como ocurre en tantos otros lugares de la Tierra. Hay más salas cinematográficas que escenarios, y la gente de quimono penetra en ellas a borbotones.

Cita 7. Parece que los grandes hoteleros del Japón acordaron, entre otros medios de propaganda, encargar a un gran poeta nacional una balada sobre las excelencias de los hoteles en el Imperio del Sol Naciente.

Cita 8. El reino de Corea se lo anexionó definitivamente el Japón en 1910. Este pueblo continúa acariciando silenciosamente su ensueño de dominación sobre la mayor parte de Asia. El Japón siente una cólera sorda, cada vez más grande, al ver que no puede avanzar sin que la mano de algunas de las potencias blancas se apoye en su pecho.

Cita 9. Un barco nevado inspira una tristeza fúnebre.

Cita 10. Después de comer y antes de ir al teatro coreano hablo con un periodista de Seúl, el más celebre de todos ellos, un verdadero héroe. Con el entusiasmo de la juventud, este escritor ha emprendido la generosa aventura de protestar contra la anexión japonesa y defender la antigua independencia coreana.

Cita 11. En Ginebra, los señores de la Sociedad de Naciones lo han escuchado muchas veces con aire distraído. ¡Pedir que el Japón renuncie a la Corea, cuando ya la posee hace años, y guarda en su propia casa, como un esclavo feliz, al último heredero de sus reyes! Que se contente con esta única presa es lo que desean las otras potencias.

Cita 12. Cuando echamos pie a tierra, los empleados lanzan a gritos un aviso en chino, en japonés y en inglés; un anuncio de mágica influencia para la imaginación; unas cuantas palabras de extraordinaria novedad, preñadas de ilusiones y esperanzas; algo que no puede oírse muchas veces en la brevedad de una vida humana: ¡Cambio de tren para Pekín!

Comentario. Continuará…

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