Su filmografía es una demostración de que el cine sigue siendo un arte relevante para una época fatigosa, agotada y descreída. La francesa Claire Denis, que pasó buena parte de su infancia en países que formaban parte del imperio colonial francés, logra una de las grandes películas (no se puede decir del año, porque en Francia fue estrenada hace dos, lo que hace aún más lamentable la demora en llegar a los cines españoles) de los últimos años con «White material», aquí traducido de forma bastante más lírica como «Una mujer en África». Como señala Iván Pintor Iranzo en el suplemento «culturas», del diario «La Vanguardia», «para Claire Denis, África no existe; es solo el nombre que se extiende sobre el manto de una tierra viva dispuesta a engullir a los vivos y vengar a los muertos, un humo fértil y poroso a cada instante más joven». Es el África colonial, o a punto de dejar de serlo, como señala con acierto Pintor Iranzo, «el África sórdida, sin nombres, librada a la tierra, de Georges Simenon». Una película que no cae en tantos tópicos como caen muchas miradas occidentales sobre África: maniqueísmo, paternalismo, autoflagelación, racismo… Isabelle Huppert vuelve a lograr con lo mínimo lo máximo.