Home Mientras tanto ¿Cómo diseño las matrioskas?

¿Cómo diseño las matrioskas?

 

Así como aprendemos a hablar imitando a los demás, mis matrioskas bordadas «imitan» a las originales rusas de madera. Para diseñar una muñeca suelo ver otras figuras, retomar ideas, hacer mis propios dibujos y bordarlos hasta sentirme complacida con el resultado.

 

El factor Pinterest

 

Pinterest ha sido instrumental en mi proceso creativo: su sistema de carteleras me permite clasificar y guardar fotos de matrioskas de cualquier tipo para consultarlas en busca de «inspiración». Seis carteleras he construido solo del tema «matrioskas»: las puras (rusas, de madera), las textiles (hechas con tela), las tejidas (a crochet o tricot), las comestibles (normalmente galletas o tortas de cumpleaños), las no tradicionales (las que no caben en ninguna categoría anterior) y las en dos dimensiones (dibujos, bocetos). A ellas recurro cuando, por algún encargo o por deseo mío, quiero dar vida a una nueva figura en mi Gineceo.

 

A estas alturas, tengo más de cinco mil fotos de matrioskas en Pinterest y puedo decir que más de alguna vez en la vida he visto cada una. He «estudiado» las matrioskas en cuanto a su forma, diseño, repeticiones, elementos, colorido, trasgresiones, etc. Doy fe de que estas muñecas fascinan a muchísima gente y sirven como motivo para una buena cantidad de creadores alrededor del mundo.

 

24506987420_f9846e771c_b

 

Mis diseños

 

Mis matrioskas suelen mezclar rasgos de varias de las muñecas que colecciono en Pinterest. Tienen el vestido de una, el velo de otra, los ojos de aquella otra y el complemento decorativo de otra distinta. En esa combinación de elementos más de alguno habrá que se me haya ocurrido por generación espontánea (por pura «inspiración»), aunque en mi forma de crear eso es la excepción y no la regla.

 

Una enorme ventaja de las matrioskas es que para diseñarlas se puede adoptar una forma básica y sobre ella jugar con variaciones. Esto facilita sobremanera la creación y es, sin duda, una de las razones prácticas de mi «matrioskosis» crónica. Además, otro motivo por el que me encantan estas muñecas es por las posibilidades expresivas de su rostro sin las dificultades añadidas de tener que dibujar manos y pies.

 

A fuerza de repetición, como ustedes podrán imaginar, he desarrollado atajos para esta primera fase del proceso creativo. Uno de ellos es el uso de un molde, en el caso de las figuras dibujadas y coloreadas a mano; otro, el imprimir las figuras en serie. A continuación les comento sobre esas dos técnicas.

 

 

Desde que comencé a bordar matrioskas hice moldes de cartulina para trazarlas sobre la tela cada vez que quisiera hacer una. Probé con varias opciones de moldes, hasta que llegué al que muestro en la foto de arriba: muy sencillo y con un área grande para dibujar y bordar. Sobre esa base diseño las facciones, el atuendo (compuesto de velo, delantal, mangas) y el elemento central (una mascota, una tetera, un ramo de flores, un libro, etc.).

 

 

Además de esta técnica, que aplica para las matrioskas dibujadas y pintadas a mano, desde hace algún tiempo he introducido otra variante en mi Gineceo: las matrioskas impresas, con serigrafía. Aquí el propósito es dejar apenas las líneas pertinentes para incorporar variaciones en un diseño fijo. Me refiero a que, por ejemplo, el delantal queda «limpio» para dibujar y bordar en él el complemento que me apetezca o que me encarguen.

 

 

Forma de dibujar

 

Me divierto mucho diseñando cada muñeca de mi Gineceo. Suelo trabajar en un cuaderno o libreta de dibujo, aunque a veces también boceteo en hojas sueltas. Me gusta trabajar a lápiz primero y luego repasar los bordes de los dibujos con un plumoncillo negro, como se ve en las fotos que he compartido en esta entrada. Una particularidad de mi forma de crear es que, por regla general, no incluyo color en el diseño: la paleta de colores surge espontáneamente en el proceso de bordado.

 

Para llevar el diseño a la tela que bordaré me voy por el camino largo: vuelvo a dibujar (el modelo hecho en papel) a mano alzada en la tela. El riesgo de esta práctica es que se pierdan rasgos del original. Ya me ha ocurrido, por ejemplo, que los ojos de la muñeca en el papel eran más graciosos que en el dibujo definitivo. No obstante, esa es la forma en que he trabajado hasta ahora.

 

Salir de la versión móvil