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Cómo era la anterior era teatral para Àngels Queralt

Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿junio? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido  de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…

¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Mi trabajo ha estado ligado a la cultura desde los 19 años. He trabajado en la administración pública muchos años y últimamente al otro lado. Desde lo privado, disfruto todavía más de mi trabajo aunque sea mucho más inestable. Anécdotas hay muchísimas en tantos años, me gustaría contarlas todas y reírnos mucho, que a todos nos va bien ahora. Pero lo que me sale es contar alguna de las que me reafirman en que nuestro trabajo es necesario y la mayoría provocan casi todo menos risa. En el Estado de Sinaloa, México, después de presentar un espectáculo de denuncia sobre el bullying homófobo, se me acerca un adolescente con características muy complejas para integrarse en la sociedad en la que vive, temblando, llorando… y me dice: necesito hablar con vosotros, daros las gracias… ayer intenté suicidarme y hoy veo que no estoy solo, que seguirá siendo duro pero no lo haré. Debió volver a su mundo enormemente complicado, pero igual resulta que acabó encontrando su «lugar». ¿Todavía tenemos que ir justificando por qué es necesaria la cultura?

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Prostitución, de Andrés Lima. Por Andrés (¡grandioso director de escena que tenemos en España!) por Nathalie Poza, por Carmen Machi, por Carolina Yuste (¡enormes actrices que tenemos en España!) y por el resto del equipo, lo bordan. Me gustó por lo comprometido, porque es real en su crudeza y en su ternura, y porque el público, esas personas que no nos hemos atrevido a ir a «vivirlo en nuestras propias carnes» como sí ha hecho el equipo, lo vemos en el escenario de un teatro. Es un espectáculo completo, no se queda en el teatro documental, es simplemente TEATRO. El teatro nos conciencia, nos conmueve, nos hace pensar, y a algunos nos reafirma en la necesidad de seguir trabajando en esto, aunque sea desde la precariedad. ¿Todavía tenemos que ir justificando por qué es necesaria la cultura?

¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
Vi algunos espectáculos interesantes en Donosti, durante dFERIA, donde nos pilló la crisis. Allí vi teatro trabajando y disfrutando a la vez, pero como los espectáculos los vi con la acreditación de profesional colgada del cuello, voy a citar el último que vi como público, el día antes de viajar. Domingo tarde en Barcelona, Mercat de les Flors, Contrakant, de Societat Doctor Alonso. Lo rescato por la experiencia indisciplinada que viví (visto desde la perspectiva de hoy, cuando no sabemos todavía a qué reglamentos deberemos atenernos para vivir experiencias culturales). La pieza se creaba cada día a partir de las reacciones de los intérpretes y del público. Ese día nos tocamos, interactuamos (¡algunos con saliva incluida!). Los creadores se plantearon atravesar al espectador mediante el caos, el accidente y lo imprevisible, desmontar los aprioris espaciales y temporales, pero en un teatro, uno de esos espacios donde nos reunimos los que creemos que la cultura es necesaria. ¿Todavía tenemos que ir justificando por qué es necesaria la cultura?

Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…

Àngels Queralt

Es una foto que posiblemente sea durante el montaje del mismo día de la anécdota que he contado. En cualquier caso, es en México, estando de gira más de un mes lejos de mi familia. En el escenario los técnicos terminan con las luces y yo empiezo a probar para los subtítulos, en ese momento se conecta al proyector la pantalla de mi ordenador con un primer plano de una foto de mi hijo (¡al que adoro!), y se mezcla lo personal con lo profesional, la felicidad con la nostalgia…

 (Àngels Queralt, producción, distribución y más labores teatrales)

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