Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿mayo? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…
¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Te contaré dos cortitas. Viendo Las cosas que sé que son verdad eché en falta que durara un cuartito de hora más. Y tras un pase de Los días felices tuve que quedarme en la butaca un rato antes de salir a la calle y enfrentarme a un mundo en descomposición. Las dos anécdotas reflejan que hay espectáculos especiales y confirman que los prejuicios son caca. Si como «anterior era» hablamos de antes del encierro hasta el infinito… recuerdo cuando salí de ver El público allá por el año 86… Eché a andar sin saber hacia dónde iba, totalmente poseído y acabé en la Ventilla. ¡Y yo vivía en Vallekas! ESE es el poder del TEATRO.
¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Quizá Los días felices, porque me pareció un acercamiento sanísimo al poder de la palabra. O Artaud, porque me hizo volar del prejuicio inicial al goce más absoluto por un trabajo riguroso y feliz.
¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
Celui qui tombe de Yoann Bourgeois fue lo último que vi antes del encierro. Un espectáculo que comenzaba de forma sorprendente y cautivadora pero que se agotaba a la media hora cuando se rendía a la autocomplacencia y el selfsuck.
Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…
Iba a mandarte una foto mía pero obviamente sería una petardez. Así que te mando una foto que hice (no soy de hacer fotos antes de empezar los espectáculos) una de las miles de veces que vi Las plantas. Para mí es especial porque fue mi primer encuentro con Estefanía de los Santos y Pablo Messiez. Dos referentes y dos amigos.
(David García Vázquez, actor y coach para cantantes líricos)
