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Mientras tantoCómo era la anterior era teatral para Ernesto Arias

Cómo era la anterior era teatral para Ernesto Arias


Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿julio? ¿septiembre?… ) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…

¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
La verdad es que me siento muy afortunado de la cantidad de cosas bonitas y especiales que he vivido en mi trayectoria teatral, por lo que me es complicado decidirme por un solo episodio de los que recuerdo con cariño. Lo más emocionante, sin duda, han sido los días que nacieron mis hijos y que tenía función. Cuando nació mi hijo mayor tenía función en La Abadía de El señor Puntila y su criado Matti. Recuerdo el día con el nervio de pensar “por favor, que nazca antes de tener que irme al teatro”. Tuve la suerte de poder estar en el nacimiento, pero llegué al teatro apenas quince minutos antes de empezar. Yo no sé cómo hice la función, pero estaba como llevado por una nube de felicidad absoluta. Y lo mismo pasó cuando nació mi segundo hijo, que estaba haciendo Veraneantes también en La Abadía. Cuando nació mi tercer hijo, ese día afortunadamente no tenía función.

Otro momento también muy especial fue el estreno de Enrique VIII en el Shakespeare’s Globe de Londres, una experiencia realmente mágica. Y otra anécdota, por ejemplo, cuando tuve que hacer el protagonista de El perro del hortelano de la Fundación Siglo de Oro en los Teatros del Canal para sustituir a Rodrigo Arribas que había tenido un accidente de moto. Me llamaron unas horas antes de la función y, como ya había hecho ese personaje unos cuantos años antes, pensé que no sería complicado; pero cuando cogí el texto y vi que no me acordaba de nada, creí que me iba a morir de los nervios. Una vez en el teatro me pusieron un pinganillo e hice la función siguiendo todas las indicaciones que Rafael Labín me iba dando. No sólo me decía el texto, sino que también me indicaba todo el movimiento; cosas como “vete por la salida segunda de la izquierda”, “acércate a ella con pasión”, “el siguiente texto empiezas triste y te vas enfadando”, una verdadera locura. Cuando acabó la función, de la tensión acumulada rompí a llorar entre cajas.

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
No sé si te refieres a lo que más me ha gustado en cuanto de las obras que he visto, o a cómo se iba desarrollando la temporada para mí. Realmente lo que más me estaba gustando era la cantidad de proyectos bonitos e interesantes que tenía entre manos. En ese sentido, para mí, estaba siendo una de las mejores temporadas que recuerdo, y… bueno, ya sabemos lo que pasó. Unos proyectos se han cancelado, otros quizá se reubiquen más adelante, habrá que ir viendo, ya que ahora impera una incertidumbre total.

En cuanto a las funciones que vi, me gustaron bastante Sueños y visiones de Rodrigo Rato, dirigida por Raquel Alarcón; Under the Influence de la directora polaca Maja Kleczewska; Lo nunca visto de José Troncoso, Doña Rosita, anotada de Pablo Remón, etc.

¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
De lo último que he visto y que me gustaría mencionar es Man Up de Teatro en Vilo, y me quedo con el desenfado y desparpajo a la hora de plantear el tema de la masculinidad. Es una función que con mucha ironía y humor critica y -en mi opinión- a la vez da ya por superados los estereotipos masculinos. Y lo hace con mucha gracia, me divertí mucho viéndola, me reí un montón. Y también me gustaría mencionar que me quedé con las ganas de ir a ver Curva España de la compañía gallega Chévere en los Teatros del Canal. Había visto de ellos Eroski Paraíso que me había encantado; y de Curva España me había hablado entusiasmadamente una amiga diciendo que no podía perdérmela. Espero poder verla en la próxima era teatral.

Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…

Ernesto Arias

En esta foto estamos Óscar de la Fuente, José Troncoso y yo justo antes de actuar con Pericles, príncipe de Tiro de Shakespeare, dirigida por Hernán Gené. Estamos en el Teatro Romano de Mérida con lleno absoluto. Era la primera vez que iba a actuar en ese espacio tan mágico y fue algo verdaderamente emocionante. Ahora que ya se sabe que el Festival de Mérida y el de Almagro se van a llevar a cabo, comparto esta foto con la esperanza de que con ambos festivales se inaugure la nueva era teatral.

(Ernesto Arias, actor y director)

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