Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿mayo? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…
¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Ninguna en concreto, pero sí recuerdo lo que todas tienen en común: la respiración compartida.
¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Ahora mismo lo que más valoro de cualquier temporada teatral es que hubiera personas que sintieran el impulso de salir de sus casas y comprar una entrada de teatro para compartir espacio y tiempo con un grupo de desconocidos.
¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
La semana antes del confinamiento fui a ver Delicuescente Eva en la Abadía. Rescato la valentía de Javier Lara al ponerse en cuestión delante de desconocidos, y de María Morales, Natalia Huarte y Carlota Gaviño al ponerse al servicio de su idea y acompañarla con arrojo y talento.
Y también rescato un par de cosas que nos habíamos acostumbrado a dar por hecho en un teatro: el aplauso (que sin duda adquirirá otro valor a partir de ahora) y el encuentro con el otro, lo poco que celebrábamos el privilegio de la comunicación.
Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…
Te mando una foto de la que no conozco el autor, pero que me emociona y me viene al pelo para recordarme lo esencial de nuestro oficio.
Os mando a todos mucha calma, y deseos de salud.
(Eva Rufo, actriz)