Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿mayo? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…
¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Es memorable aquel día en que para la función del domingo un compañero no cayó en la cuenta del adelanto horario que era habitual una vez al año en la anterior era teatral. Como salía a escena bien avanzada la función, nadie se percató de que estábamos empezando sin él (éramos cuatro, tampoco era cuestión de numerarnos, ni estar, en su caso, a pie de escenario). Sorpresa de difícil descripción la de los que estábamos en escena cuando llegado el momento de la comparecencia de aquel personaje, apareció nuestro querido productor (que se había calzado a capón y en un minuto el vestuario) diciendo más o menos y por aproximación el texto de la función… Ese momento glorioso fue el mismo en que el ausente compañero apareció en la sala abriendo la puerta confiadamente para ver el patio de butacas lleno y a oscuras, la luz de escena encendida, y unos actores hablando en ella. Este es el pensamiento, nada mágico, que alumbró su lógica: “si este es este teatro, y esa función es la que yo hago, ese de ahí soy yo…”
¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Un lunes en el Teatro de la Comedia vi Reinar después de morir, por la Companhia Teatro de Almada, de Portugal, dirigida por Ignacio García. Vi la versión portuguesa y no la española a cargo de la CNTC (que se representaba de martes a domingo) por incompatibilidad de agenda. Ya se sabe que cuando hacemos teatro, no lo vemos, y aquella función, al ser un lunes, la pude ver. Me encantó la delicadeza poética de la puesta en escena, la metáfora vital de un caprichoso tobogán de pasiones e injusticias, y la dulzura y cuidado del verso dicho en portugués.
¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
Lo que más me ha gustado, que digo arriba, es también lo último que vi.
Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…
Envío una foto de Cuando caiga la nieve, el penúltimo espectáculo donde he tenido el privilegio de participar, junto a un grupo de compañeros que me han despertado un reconfortante afecto. Es una inspiración compartida por Javier Vicedo como autor, y Julio Provencio como director, que constituye un recuerdo feliz, porque me reconcilió con la creación escénica como algo entrañable que puede hacerse (o podía hacerse…) desde una amable y, al mismo tiempo, alta exigencia artística.
(Juan Carlos Talavera, actor)