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Mientras tantoCómo era la anterior era teatral para Manuel Moya

Cómo era la anterior era teatral para Manuel Moya


Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿julio? ¿septiembre?… ) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…

¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Tengo muchas. Por suerte, justo el último año hubo mucho movimiento. Muchas funciones, muchas ciudades… y lo más importante: junto a gente maravillosa. Ahora mismo lo que más echo de menos son esos encuentros que se han quedado en el aire y que espero se produzcan pronto. Una anécdota que recuerdo es ir jugando en el coche a “adivinar palabras” (creo que se llama de otra manera). Íbamos de Hellín a San Martín de Valdeiglesias. Aún oigo las risas de Lidia Navarro, Silvia De Pé, David Velasco y Ernesto Arias. Pienso en eso y me encantaría, en un pestañeo, volver de nuevo a ese coche; llegar al camerino, poner nuestros “grandes hits” antes de salir a escena y compartir nuestra historia.

Otro regalo que me trajo la “anterior era” fue compartir escenario con Almudena Puyo, tener el privilegio de hacer Dados junto a elle y todo el equipo de Ventrículo Veloz… No sé, no sabría calificarlo. No es una anécdota, pero es un gran regalo tener los ojos de Almudena junto a ti.

Todos estos grandes recuerdos me han acompañado y me han quitado de encima las nubes negras de este tiempo.

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Why? de Peter Brook. Un canto al teatro. Un homenaje a la profesión. Me gustó por la apuesta y defensa del teatro como artesanía. Delicado. Frágil y poderoso. El teatro como espacio sagrado guardado para el disfrute y deleite de los sentidos. Teatro. Así de simple y así de poderoso. Pude saborear el poder colectivo de la imaginación. Una auténtica delicia. Por espectáculos como este me enamoro más y más de nuestra profesión.

¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
Si mal no recuerdo, fue Atentado en el Teatro Español. Lo primero que me viene a la mente es la fuerza sobrehumana de María Morales en escena. Y lo bien que trataron el thriller, algo que me parece bastante complicado de sostener en teatro. Me gustó que la acción sucediese en un museo, un lugar donde se agrupan imágenes congeladas de historias que se repiten y repiten a lo largo de los siglos.

Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…

Esta acuarela fue un regalo de Roger Álvarez por el estreno de Tres sombreros de copa que dirigió Natalia Menéndez en el teatro María Guerrero, y capta un momento exacto de la obra. Natalia definió este momento como “la alegría de vivir”. Y Roger lo plasmó en la acuarela. Esa alegría estará siempre recogida aquí. Esa alegría es la que no me he permitido perder en estos tiempos que han venido. Y ante la barbarie y el odio que se respiran, me quedo con esta imagen. Para siempre. Porque no podemos permitir que nada ni nadie nos despoje de la alegría. Mucha salud y mucho teatro a todes.

(Manuel Moya, actor)

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