Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿junio? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…
¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Me gusta pensar más bien en los hilos que atraviesan las anécdotas y las conectan unas a otras. Me gusta pensar en cuando quedé a comer con Montse Díez en un restaurante chino de Usera para ofrecerle el papel de Elena Fortún, y en la maravilla que ha sido ver su trabajo cada día. O recordar cuando, con el elenco de La increíble historia de la chica que llegó la última, hicimos un ritual en el río Meno para volver de bolo a Alemania, y tiempo después nos programaron en el Theater an der Ruhr. La primera vez que entré en el Circo Price, para ver Smaller – poorer- cheaper, de Acrobat, y el asombro ante la enorme sala circular. En todas las veces que he visto al público ponerse de pie en el Price. Me gusta pensar en mis experiencias en Teatro Pradillo: una llorera después de ver a Patricia Caballero, o una performance desconcertante que hice con Rolando San Martín y Michela de Petris. La última, cuando hicimos La guerra según Santa Teresa, en el Festival de Otoño. La gente estaba esperando en el vestíbulo y Julia de Castro tenía que subirse a una mesa y empezar el texto desde ahí, todo el mundo se sobresaltaba. En un pase, Verónica Forqué chilló del susto.
¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Destaco, en primer lugar, Magia en la Oscuridad, en el X Festival Internacional de Magia en el Circo Price, el mago chileno Juan Esteban Varela propone un espectáculo de magia táctil, para espectadores ciegos y/o con los ojos vendados; es asombroso y es una lección impecable sobre los juegos que busca la mente y el poder de la narración. También Möbius, de la Compagnie XY, en el Teatro Central de Sevilla; durante los primeros minutos sentí esa conmoción, ya rara para quien mira con ojos de programadora, ante la bella carrera de esa veintena de acróbatas. Y Como una perra en un descampado, en el CDN. Y Nise, la tragedia de Inés de Castro, de Nao d’Amores, en la Abadía.
¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
La última función de Elena Fortún el 8 de marzo, nuestro espectáculo en el Centro Dramático Nacional. Cerramos con ovación, cena de despedida, karaoke ferozmente inconsciente en pandemia. Mi equipo del alma, grandísimo trabajo de todas y cada una de ellas, actrices, actores, ayudante de dirección, diseño. Una experiencia mayúscula en mi vida, por la investigación casi vitalicia que he aplicado a esa pequeña producción. Si no vale mencionar algo escrito y dirigido por mí, unos días antes del cierre de los teatros vi Una novelita lumpen, de Rakel Camacho, sobre el texto de Bolaño. Rakel es una auténtica bola de demolición: ella tira abajo las paredes, ella no sabe hacer algo pobre o escaso. El ambigú del Pavón de repente acoge distintos espacios de Roma, un piso a oscuras, una peluquería, un gimnasio, no-lugares donde los personajes aspiran matarse de sexo o a cavar más hondo hasta encontrar el dinero que falta. Jorge Kent me dejó sin habla con su interpretación de Maciste, un gigante ciego y sin un pelo en el cuerpo. Rebeca Matellán y Trigo Gómez son ya una de mis parejas fetiche de las catacumbas madrileñas. Toda la compañía hizo un inmenso trabajo con muy pocos recursos y se merecen más recorrido y reconocimiento.
Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…
Foto de Gaby Merz
Elijo esta foto de un ensayo de Kolektivo Konika, al que asisto como espectadora. Fue una de las residencias Territorio Circo que hicimos en el Distrito de Fuencarral, en una colaboración entre Circo Price, la asociación de circo Scimmie Volanti y el propio Distrito. Kolektivo Konika es una compañía de acróbatas, y les habíamos propuesto una convivencia con Los Bárbaros, para favorecer la colaboración entre artistas de circo y profesionales del teatro y las artes vivas. Es una foto de ensayo, una mañana cualquiera, pero a la que se ha llegado después de mucho trabajo institucional, de producción, un gran esfuerzo en común para conseguir un marco propicio para la investigación. Ojalá el futuro guarde momentos como este, de contacto, de visita -el propio colectivo está compuesto por acróbatas de distinta procedencia- y de curiosidad.
(María Folguera, directora artística del Teatro Circo Price,
directora de escena y escritora)