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Mientras tantoCómo era la anterior era teatral para Pablo Béjar

Cómo era la anterior era teatral para Pablo Béjar


Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿julio? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido  de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…

¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Me viene el recuerdo de cuando sonaba la campana, nos mirábamos y brindábamos con vino… A nuestro lado, sentado, el público, que además era parte de la función (algo que en la nueva era será más complicado de ver). Estábamos haciendo El banquete con dirección de Catherine Marnas y Helena Pimenta para la CNTC. Una alabanza a la imaginación, a contar historias.

Esa noche de verano actuábamos en el Patio de Fúcares, en el Festival de Almagro. Era el último día y ya se notaba cierto aire de nostalgia. Con los ojos humedecidos nos abrazamos y comenzó la obra. Llegó el momento de la escena del balcón de Romeo y Julieta. En el silencio se escuchaba a los grillos. Yo miraba hacia el balcón, casi en el tejado, donde se encontraba Julieta (Manuela Velasco), bajo un cielo estrellado y, a la derecha, la luna. Sólo tuve que entregarme… Son recuerdos que te llevas para siempre.

Otra anécdota fue con Metálica de Guardamino: último día de función y un ambulancia para un espectador que tuvo que al ver lo que se contaba, tuvo que ser atendedido.

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Uno de los espectáculos que más me conmovió fue Prostitución en el Teatro Español. Me removió bastante y me hizo pensar en lo que somos y hemos permitido como sociedad. Cuando sales de esa manera del teatro, creo que ha merecido la pena.

También me atrapó la producción de Betrayal dirigido por Jamie Lloyd en el Teatro Harold Pinter de Londres. Una puesta muy delicada con mucho dolor en su subtexto.

¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
De las últimas cosas que vi en Madrid fue Mammón en el Canal. Me pareció una propuesta interesante. Y rescato esa forma de contar que engancha desde el principio.

Pero lo último fue ir a ver a un compañero que actuaba en Esperando a Godot, dirigida por Antonio Simón. Estaban de gira en Sevilla, yo me encontraba allí y me acerqué al Teatro Lope de Vega. Es un texto que siempre merece la pena ver. Me gustó, y parece curioso, pero me despedí del teatro viendo Beckett. Recuerdo el aroma a madera que siempre me viene cuando me siento cerca del escenario. También sentía nostalgia e inquietud; ya había una nube de información con lo que venía, y una semana después decretaron el estado de alarma.

Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…

Jauria

He escogido una foto que nos hizo nuestro equipo técnico desde el escenario del Teatro Gayarre en Pamplona. Acabábamos de llegar de Montevideo y Costa Rica. Estábamos haciendo Jauría dirigida por Miguel del Arco. Es la imagen de un encuentro con el público, algo que se convertía en un acontecimiento, una forma de estar juntos compartiendo con un grupo tan generoso y con un respeto enorme por lo que hacen.

(Pablo Béjar, actor)

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