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Cómo era la anterior era teatral para Rafa Romero de Ávila

Cómo era la anterior era teatral para Rafa Romero de Ávila

Porque está claro que acabamos de pasar una era teatral, en la que hemos crecido, nos hemos formado, hemos aprendido… Lo que venga a partir de ahora (¿junio? ¿septiembre?…) va a pertenecer a una nueva era teatral, en la que tendremos presente lo que acabamos de vivir, en la que tendremos presente nuestra vulnerabilidad como sector, y esperemos haber aprendido  de este cambio de era… Para recordar cómo fue, proponemos una serie de entrevistas breves sobre la era teatral que acabamos de dejar, siempre desde el cariño y los buenos recuerdos…

¿Puedes contarnos una anécdota que recuerdes con cariño de la anterior era teatral?
Las anécdotas más interesantes, al menos para mí, vienen de los retos. Cuando comencé a trabajar en el FIB (Festival Internacional de Benicàssim) llevando una pequeña muestra teatral paralela dentro del festival, a menos de un mes para empezar y cuando ya estaba todo encaminado (con cuatro compañías contratadas para cuatro representaciones en total) mis jefes me llaman una noche a mediados de julio (el festival era el segundo fin de semana de agosto) y me citan para una reunión apenas un día y medio más tarde para contarme las nuevas posibilidades: por una subvención más que interesante y por una colaboración entre varios festivales había que organizar un certamen que aunara compañías de Francia, Bélgica, Inglaterra y por supuesto España. Lo que viene siendo una locura, pues quedaban 3 únicas semanas para comenzar el festival. Apenas tres días después volaba a Bruselas para unas cuantas reuniones y ver posibilidades. Se hizo. Fue una locura de producción, maravillosa locura que, o la pillas con energía y nada de tiempo o no la haces (si me hubieran dado dos o tres meses les hubiera dicho que era inviable; pensado fríamente era inviable, pero en medio de todo…). Salió estupendamente. Hubo conexiones y colaboraciones hermosas entre compañías (que al año siguiente nos trajeron algunas de sus propuestas de espectáculos). Al final fueron doce compañías de estos cuatro países a lo largo de cinco días. Esto fue el germen de la Muestra de Teatro del FIB, luego FIB-actúa, que facilitó hermosas y vitales propuestas como Scena Simulacro que hacíamos en colaboración con aquellos otros tres locos que llevaron una vez la gestión de la Sala Triángulo. Las anécdotas son temporales, las locuras como esta, que me ha traído en gran medida hasta aquí, son parte de la existencia de uno mismo.

¿Qué es lo que más te ha gustado en lo que llevábamos de temporada en la anterior era teatral?
Paso por ser un tipo exigente en esto de los gustos. De los de «pero si a ti no te gusta nunca nada»… Me lo tomaré como una virtud, je. Pero sí que hay cosas que me gustan y revuelven. Una de ellas, quizá la que más en los últimos meses, ha sido la maravillosa Chicas y chicos, durísimo y muy necesario texto de Dennis Kelly, con excelente dirección de Lucia Miranda, producción exquisita de Javier Ortiz y su Sol de York… y una INCREÍBLE actriz poniendo carne a un personaje tan complejo, tan lleno de pequeños detalles, tan sutil y tan bestia. Pocas veces alguien me ha zarandeado, me ha herido, me ha hecho reír, y me ha hecho sentir vulnerable con tanta contundencia como Antonia Paso. Este es de los montajes que debieran verse sí o sí. Por lo que cuenta, que es necesario saberlo; por el trazo tan simple y elegante que se ve desde la dirección, una lección; porque es un espectáculo sin duda vital y muy bien hecho… Y porque es GRAN TEATRO.

¿Qué es lo último que viste en la anterior era teatral y qué rescatas de ello?
Casi sin saber lo que iba a ver, me arrebataron con un espectáculo simplemente grandioso, desde lo pequeño de su planteamiento: Como una perra en un descampado, texto de Clàudia Cedó, una de esas joyas que uno debe ver sí o sí.

Y ahora, si nos puedes mandar una foto de un recuerdo, un objeto, algo que tengas de la anterior era teatral y que defina tu relación con esa era…

Tere y Rafa

Voy a mandar varias. La primera es una imagen que me divierte mucho: aquí admirando a la diva, a la folclórica, justo antes de salir a escena, en el camerino… Pues tiene algo de verdad todo esto. Aquello fue una coña en un camerino a punto de salir al exceso que era cada noche FIB, en ese caso dentro del FIB-actúa, el festival que dirigí durante 13 ediciones. Y es que de verdad siempre he admirado a esta diva. Teresa Rivera, La Tere, La Sole, La Fetena… es mucho y es estupenda. Nos encontramos cuando ganó junto a sus compañeros de Maltrago Treatro la primera edición de Scena Simulacro. Después, cada vez que me han asaltado con un reto (teatral), Teresa Rivera ha estado ahí para ayudarme, para asistirme, para acompañarme… la experiencia Fluxus en el Reina Sofía (en la segunda foto estoy dirigiéndolo) fue maravillosa por muchas cosas, una de ellas por estar allí conmigo y retenerme y animarme a partes iguales.

Y esta tercera foto es la del grupo de gente que me ayudaba en el FIB.

(Rafa Romero de Ávila, gestión teatral)

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