Uno de los placeres de bordar está en los hilos: en escogerlos, comprarlos, verlos, tocarlos, trenzarlos, cuidarlos, atesorarlos. Con la riqueza de sus colores y sus texturas, son parte fundamental de este pasatiempo-oficio de bordar muñecas, que me divierte desde hace cinco años.
En mis bordados uso dos hebras de los hilos de madeja Mouliné Spécial® de la marca francesa DMC (o Anchor, menos común en El Salvador). Si usted está familiarizada/o con esos hilos, sabe que no es fácil manejarlos. Vienen en una madeja de 6 hebras que mide 8 metros de largo, como se ve en la foto de abajo. ¿Cómo hacer para obtener un pedazo de solo 2 hebras y mantener en orden lo restante? En esta entrada hablaré sobre mi método de gestionar los hilos para aprovechar toda la madeja.
La gestión de los hilos
Organizo los hilos en forma de trenzas, tal como aprendí de mi abuela y de mis profesoras de manualidades del colegio. Este método permite no solo mantener los hilos en orden sino que vuelve fácil transportarlos (en comparación con tenerlos en una caja organizadora, guardados en bobinas).
(Si quiere saber cómo hacer una trenza a partir de varias madejas, le invito a ver los «Enlaces de interés» más abajo).
Cuando necesito un determinado color para mi bordado, extraigo un hilo (6 hebras) de la trenza por la parte superior de la misma, separo una a una las dos hebras que usaré, enhebro la aguja y bordo. Las 4 hebras sobrantes las doblo en varios tantos y las guardo en una tarjeta con agujeros preparada para ese fin.
Todas las trenzas las guardo juntas en una bolsa de tela semitransparente confeccionada en mi Gineceo.
Mientras que los cartoncitos agujereados los guardo en una cajita plástica, junto al dedal, las agujas y las tijeras.
Los cabos de hilo que me sobran cuando bordo los voy juntando en un recipiente que está sobre mi mesa de trabajo. Los uso junto a los retacitos de tela que van quedando de las distintas labores para completar el relleno (greña de poliéster) de mis muñecas.
La ciencia de los hilos
El manejo de los hilos tiene su propia ciencia. Aquí les doy algunos consejos para moverse cómodamente en este «laboratorio».
– Lavarse y secarse bien las manos al manipular los hilos. No queremos ensuciarlos antes de comenzar nuestra labor. Ahora bien, tengamos en cuenta que son 100 % lavables y que no destiñen.
– Halar el hilo de madeja DMC desde el lado de la viñeta con el código de barra. Esta madeja está hecha para conservarse con las viñetas puestas y para ir extrayendo únicamente el hilo que se va a usar. Y el hilo se saca siempre del lado indicado. No obstante, muchas bordadoras –como yo– prefieren formas alternativas de mantener los hilos en orden.
– Usar una tijera afilada (de preferencia una tijera de bordar, con punta fina) para hacer cortes precisos en los hilos.
– Tratar los hilos con cuidado e incluso con cariño para evitar la generación espontánea de nudos. Y cuando esos surjan, no perder la calma ni halar con fuerza; con delicadeza probar distintas vías para deshacerlos. La mayoría de las veces se trata de falsos nudos que se «disuelven» con unos jaloncitos.
Enlaces de interés
Entradas anteriores de este blog:
«El orden de los hilos», donde hablo sobre las distintas formas de guardar los hilos (bobinas, trenzas libres y numeradas, tarjetas perforadas, funda de hilos).
«Trenzar hilo de bordar», donde explico cómo hacer una trenza de hilos de madeja.
«Usar la trenza de hilo de bordar», donde explico con un video precisamente eso.
Otras fuentes que hablan sobre trenzas de hilo:
«Thread Organization Tips for Embroidery Threads», de Mary Corbet’s Needle n’Thread
«Handling sashiko threads», de Studio Aika