Desde hace tiempo, pero no sé cuándo empezó todo esto, si lleva así ya años o incluso si sucede también en otros países donde se habla el español, ¿ocurre esto en Uruguay, en Asunción, en Costa Rica, en Quintana Roo o en Malabo?, no lo sé, sí sé que en Colombia, en Medellín, porque le pregunté a Manuela, vivía allí antes de volver a Madrid; decía antes que últimamente escucho por ahí, cuando pregunto y presto atención al otro, en los españoles hablados de España (¿ocurrirá también con el catalán, el vasco o el gallego?), de Llívia a Huelva, o de Vigo a Melilla, demasiado una palabra: como.
Todo es como si fuera algo. Como si…
Ejemplos sueltos
—Esto está como al revés, no lo entiendo.
—Porque a mí parece siempre como muy claro.
—Como que les dice que echen cuenta a lo que explica.
—Se daba como un poco de prisa y al final se ha ido como perdiendo.
—Era algo así como un estudio sobre las variables y alguna otra cosa más.
Como ahora estoy totalmente dentro de la obra y el pensamiento de Z. Bauman creo tener una ligera idea del porqué de todos estos comos sin haber buscado nada en internet, a solas con sus libros de la biblioteca. Le cedo las palabras, traducidas, a él:
La descripción de la vida moderna líquida como una serie de nuevos comienzos. Quizás un modo más adecuado de narrar esa vida sea contando una historia de finales sucesivos.
La supervivencia de dicha sociedad y el bienestar de sus miembros dependen de la rapidez con la que los productos quedan relegados a meros desperdicios y de la velocidad y la eficiencia con la que estos se eliminan. En esa sociedad, nada puede declararse exento de la norma universal de la «desechabilidad» y nada puede permitirse perdurar más de lo debido.
*
—¿Y cómo ves el mundo?, le pregunto al Como (o al como) cuando me lo encuentro por la calle, campando por ahí.
—Bueno…, no sé, como que está ocurriendo algo, ¿no?, así como en el mundo, pero vamos…, tampoco te creas, porque a la vez es como si no pasara nada, y no es que no importe, no, no te creas, sí me importa, y como mucho, así que…
*
Fotografiada la alta palmera de Huelva, creciendo desde el suelo de la plaza hacia arriba contra el cielo azul desde principios del siglo XX. Ahora está algo enferma, tiene el picudo rojo, un coleóptero malo para ella. La están cuidando y salvando los jardineros.
Cuando sopla el viento baila.
Saldremos a verla juntos.