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Conoce al enemigo

Tenemos los españoles la aciaga costumbre de hablar de los árbitros desde tiempo inmemorial. Y parece que no tiene enmienda. No sólo los españoles. Hay portugueses como Mourinho, un señor que gana más de diez millones de euros por temporada, que tiene la costumbre de hablar siempre de los árbitros, siempre que pierde. El señor Muñiz Fernández es de esos entes engominados que vende seguros multirriesgo en los campos de España. Casi nunca acierta. Ayer fue el rosario de la aurora. Para empezar Casillas hizo penalti a Villa y debió ser expulsado, para seguir Albiol hizo penalti a Villa pero no debió ser expulsado, para seguir Alves no creo que hiciera falta a Marcelo que venía como un obús con ganas de revolcarse en la línea de fondo, aunque también dada la pena debió ver la segunda amarilla. También otras cosas como que Messi mereció una advertencia muy seria por su falta de conducta y Pepe rebañó a destajo todo lo que encontró por delante durante noventa minutos sin una sóla advertencia. En fin, mal asunto cuando con un cartel semejante hay que mirar el fútbol por la cerradura y seguir hablando del señor engominado…

Hablando de otra cosa ya manida: el Madrid jugó como siempre hace Mourinho contra el Barça, ya sea en el Chelsea, en el Inter o con los blancos. Metidos en la portería y el pelotazo largo buscando la espalda de la defensa o rebañando en plan zapador en el centro del campo… Si sale la cosa bien, fenomenal, si no un empate sabe a gloria, algo que dice poco del equipo más derrochador de la historia del fútbol que parece que sólo se ha gastado los cuartos para defenderse del enemigo.

Pero fue el Barça, en última instancia, el que me desilusionó pese a que no le iba en el envite más que conservar la sustanciosa ventaja de ocho puntos y se trataba también de desgastar al rival… Pudieron llevarse el partido a medios gas pero estuvieron a punto de perderlo en el arreón final madridista… Jugaron mejor contra once que contra diez (¿había ensayado Mourinho?) y no tuvieron esa vena aniquiladora que suele gastar con su eterno rival: Villa, aunque es un ave fénix, estuvo ayer muy ofuscado.

Partido chusco el planteado por Mourinho, consentido por un Barça más consciente de la serie que acaba de empezar. El miércoles en Valencia el cuerpo pide traca, no valen defensas, ni especulaciones, puede que haya incluso más goles y menos penalties. También, quizás, otro arbitraje digno de estos tiempos.

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