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Consecuentes, inconsecuentes: consecuencias

 

Este es un post completamente incorrecto, políticamente hablando, o falto de la menor sensibilidad para las personas sensibles…, sensibles con según qué cosas.

 

Estáis avisados, si os falta estómago u os apetece algo más amable y que os deje en paz con el mundo iros a ver un musical o películas de Disney y cerrad este artículo (seguro que en FronteraD encontráis otras cosas mucho más amables y entretenidas que lo que viene a continuación).

 

¡Venga, cerrad esto, que no lo digo por picaros la curiosidad!

 

Esto sólo habla de los horrores del mundo, de nuestros horrores. El horror está en nosotros, no lo olvidéis, en todos y cada uno de nosotros.

 

Hace unos días tuve varios comentarios críticos, o muy críticos, en Facebook en relación a mi apoyo a que el Gobierno de España hubiera decidido sacrificar a Excalibur, el perro de la auxiliar de clínica infectada por ébola, en España. Creo que es lo único sensato que han hecho en todo este proceso de importar a España el ébola desde África.

 

Vaya por delante que comprendo a los que aman los animales, los que tienen mascotas, y que rechazo la violencia gratuita contra ellos. Yo mismo tengo un perro, y se me murió el más mayor en agosto. Y un halcón. Y que hay gente que los siente como si formaran parte de su familia.

Vaya por detrás, aunque a algunos les dé por culo, que valoro infinitamente más cualquier vida humana, aunque su pérdida sea en la otra punta del mundo.

 

En estos dos links hay imágenes de ejecuciones o asesinatos que se podrían evitar si la humanidad se lo propusiera. No son nada agradables, por si no queréis pinchar sobre ellos.

 

 

Matanzas, muertos por enfermedades tratables…, pero mejor mirar para otro lado o a los animalitos que sufren. Estos seres humanos de la foto parece que no debieron sufrir demasiado al morir abrasados

 

 

He recibido siempre muchas críticas por poner fotos o vídeos sobre asesinatos o torturas diarias de seres humanos, sobre todo las que me llegan a través de redes africanas, porque se supone que no se debe dar publicidad y eco a la barbarie, pero los animalistas pueden poner lo que les dé la gana para hacer sus campañas.

 

Ya sea el Toro de la Vega o cualquier otra burrada (sí, yo también pienso que son burradas, y que no tienen nada que ver con las corridas de toros, de las que sí soy partidario, lo siento), los animalistas sí se creen con derecho a poner sus vídeos para apoyar sus creencias y nadie se queja al respecto.

 

 

La indignación por el maltrato animal es un índice inversamente proporcional al de los maltratos humanos, que no se puede abarcar todo…

 

En este otro vídeo, pinchad aquí para verlo, aparece un vídeo de una empresa comercial que vende instalaciones de maquinaria industrial explicando cómo se procede al sacrificio de miles de pollos con los que nos alimentamos. Que digo yo que es normal que nadie diga nada que, finalmente, el Señor nos hizo carnívoros, aunque algunos lo rechacen.

 

Pero esto de Excalibur me ha sobrepasado.

 

Como quiera que recibí críticas duras de personas que me son muy próximas y queridas decidí ponerme en stand by por unos días, luego este incontrolable apego a ser poseedor de la última palabra me volvió a poner en on.

 

A los defensores de los derechos de los animales se les abre ese loco, tierno y loco corazón por cualquier campaña en ese sentido, pero se les cierran los ojos y el corazón y lo que se les abre es la indignación si les recuerdas que millones de personas mueren cada año por cuestiones que se podrían evitar, acabando con los asesinos por obra o por omisión (como son ellos, siento decíroslo pero es así: somos asesinos o cooperadores necesarios de los millones de muertes que se producen cada año).

 

Normalmente los animalistas suelen decir que una cosa no quita la otra, ni lo cortés lo valiente. Pero creo que no es comparable: una cosa con la otra. Me refiero a que me gustaría ver cuántas de esas personas van a manifestarse por las concertinas de las vallas fronterizas o por toda esa gente que muere intentando buscarse la vida en Europa.

 

Bentley-Excalibur

 

Y así llegamos a las comparativas.

 

 

Bentley jugando con la veterinaria y parte del equipo que se ocupa de atenderle. ¿Sabéis cuántos niños en África se les podría haber salvado la vida con lo que cuesta cuidar a ese perro?

 

 

Tomemos dos perros, con nombre a cual más bonito: Bentley y Excalibur.

 

Uno, propietario de una infectada por el ébola en Estados Unidos y el otro, el de Teresa Romero (que parece, gracias sean dadas al Hacedor, que está casi curada).

 

A uno le han dado matarile, Excalibur, y el otro está cuidado entre algodones.

 

No quiero pecar de mal pensado, pero lo mismo que por una cuestión electoralista y de imagen los irresponsables del Gobierno del PP se trajeron a dos religiosos infectados de ébola y con nulas posibilidades de sobrevivir a la enfermedad, el Gobierno de Estados Unidos no se podía permitir sacrificar a Bentley, que si nosotros tenemos muchas almas sensibles con los bichos, allí los votantes no lo tolerarían.

 

Excalibur en la terraza de la casa, antes de que fueran a buscarle

 

 

Limites

 

¿Dónde poner el limite a los derechos de los animales o de los seres vivos en general?

 

Para las personas ya se sabe, no matarás, que dice Dios.

 

Los animales los tenemos de dos clases: de compañía o de alimento (parece que a estos se acepta más generalizadamente lo de darles matarile).

 

Las personas, hay gente que las clasifica, y las descalifica, por muchas categorías: El color de la piel (algunos imbéciles lo llaman raza), religión, ideas políticas, naciones o países, sexo, incluso equipo de fútbol…

 

Los animales, otras categorías: Que si grandes, que si chicos, ornamentales, más inteligentes, sistemas nerviosos más o menos desarrollados, con motilidad o estáticos, peligro de extinción…

 

Hay gente que valora igual a una persona que a un animal, mismo rango de derecho a la vida, etcétera, ¿lo mismo, imagino, si es su hijo que un niño de los millones que mueren a diario en el tercer mundo?

 

¿Por qué sí son capaces de hacer lo que sea por un hijo o por un puto perro pero no por un niño lejano? Claro, hay tantos…

 

Puestos en estos extremos de oponerse a acabar con los asesinatos de los seres vivos supongo que todos los animalistas son veganos, ¡qué menos!

 

Por mi parte yo he comido perro en 3 ocasiones (en 2 estaba muy bueno, recomendable), gato no sé exactamente las veces que me habrán dado gato por libre, y en otras 2 ocasiones rata (sí, RATA, aunque ahora está prohibida y la han quitado de la carta de los restaurantes de Burkina Faso por lo del ébola).

 

También bastante aceptable burro, otras 2 veces, no recomendable como chuletón a la brasa (carne muy dura), pero sí guisado con salsa.

 

Así que todas estas personas que han defendido con pasión la vida de Excalibur espero que sean veganas y ni un huevo frito, ni tortillas españolas o gabachas.

 

Aunque ahora que lo pienso, y si son coherentes, ¿qué define un ser vivo, esos a los que los animalistas quieren proteger de la muerte por parte de nuestra raza?

 

Simplificando: aquellos que nacen, crecen, se reproducen y mueren.

 

Aunque aquí os dejo información completa de la Wikipedia, hay discrepancias en relación a considerar los virus como seres vivos, así que puede que no se cometa ningún crimen si intentamos acabar con el ébola.

 

Según esto una lechuga, un tomate, su cebolla, su aceite (sacado de las aceitunas) y su vinagre (de las uvas), también son seres vivos que matamos canallamente para comernos una ensalada. Siempre nos quedará la sal…

 

Lenin diría, ¿qué hacer?

 

Creo que hay un capítulo que dedica a todas estas estupideces:

 

4.7. ¿Qué hacer para cenar? De las ensaladas: «…y dejarse de hostias pequeño burguesas, a la ensalada se le puede añadir también salmón, arenques, anchoas o atún. Sin embargo es desaconsejable ponerle polvorones, ni aunque sean de nuestra Estepa…».

 

Así que los marxistas-leninistas rechazamos estos planteamientos radicales, que llevarían a la raza humana a una rápida extinción.

 

Y si los animalistas son coherentes del todo, ¡ánimo, primero los principios!, me temo que beber agua es otro crimen, que está lleno de microbios y bacterias y no todas sobreviven en el cuerpo humano…

 

¡Ah, se me olvidaba lo del aire!

 

Pasa lo mismo, que está petao de bichines y nos cargamos la mayoría al respirar.

 

Es tremendo esto de tener principios tan sólidos en defensa de la vida, aunque nos cueste la nuestra…

 

Pero todos admiraremos vuestro ejemplo en lo que vale: haréis sitio.

 

¡Venga, a la de tres!, coged aire y dejad de respirar.

 

Y que la tierra os sea ligera (alegraos que vais a ser menú del día a mogollón de gusanos y otros animales, sentíos útiles)

 

Y no dejéis de sonreír, que todo esto es una broma.

 

O, al menos, ironía.

 

 

GALERÍA DE RETRATOS DE LA BIBLIOTECA OLVIDO


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