‘¡Baila! ¿Y si mañana fuera el último día de tu vida? ¿Te lo has planteado?‘. Me decía una amiga recientemente. Una noche improvisada, sin tenerla programarla, sin pensarlo dos veces, celebramos su santo con una buena cena y algunos bailes. Era el día de Santa Lucía, que significa Luz.
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“El mundo de odio y materialismo terminará el sábado 21 de diciembre del año 2012 y con ello el final del miedo”. Es una advertencia maya, la primera según cuentan. Sueño con el fin del mundo, un fin de guerras, de odio, de materialismo, de capitalismo, de miedos, de crisis, de enfermedades, de miserias, de dictaduras, de lamentaciones, de locuras colectivas, de ceguera, de cajas de Pandora mediáticas que estallan cada día. ¡Fin que es principio de algo nuevo! Si es el fin, ven pronto que te espero, con los brazos abiertos. Tengo ganas de abrir los ojos a un nuevo mundo: más sincero, más humano, más solidario, que tenga como emblema el hippie ‘Haz el Amor y no la Guerra‘.
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En la boca del Lobo me ha enseñado que no hay nada mejor que terminar un post con una canción, especialmente aquellos escritos más sentidos. A partir de ahora, muchos de mis escritos finalizarán con música. Me adelanto con esta canción hoy. Música de una amiga del alma que ya ha comenzado a desplegar las alas de sus sueños. La artista se llama Gabriela Duyos (también periodista) y regala dulzura a nuestros oídos en este canto al viento. Reproduzco a continuación su letra, aunque lo más recomendable es pinchar el enlace para disfrutar de su voz.
Te canto al Viento
Cierra los ojos despacio y siente como llegan las palabras.
Es el Amor que te está escuchando, es el Amor que viene remando.
Te canto al viento, te canto lo que siento. Mi voz recorre territorios y llega en susurros a tu encuentro (bis).
Abre los brazos en silencio, siente cómo el aire te traspasa.
Eres tú resonando, eres tú volviéndote agua.
Te canto al viento, te canto lo que siento. Mi voz recorre territorios y llega en susurros a tu encuentro. (bis)
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Y ahora que ya está cerca el fin del Mundo, respóndeme con el corazón en la mano: ¿Estás dispuesto a acompañarme? Ante la duda, sólo tienes que leer el titular de la entrada a este post. ¡Te servirá de pista! 🙂