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Contra la intolerancia, música

 

«Canto qué mal que sales

Cuando tengo que cantar espanto

Espanto como el que vivo

Espanto como el que muero»


A pesar de los golpes y de haberle pisoteado las manos, Víctor Jara consiguió escribir estos versos en el Estadio Chile antes de morir acribillado.

 

Todo empezó un 11 de septiembre hace 40 años, cuando los militares chilenos aprovecharon la debilidad del gobierno de Salvador Allende para darle la puntilla.

 

¿Por qué mataron a Víctor Jara? Por la intolerancia. Porque quien no acepta otros colores, otros acentos, otras ideas, lo que más teme es la palabra y, como la naturaleza no le ha dotado de cerebro, su única arma es la fuerza.

 

“Otras generaciones superarán este momento…”. Fueron las últimas palabras de Salvador Allende cuando asumió, atrincherado en el Palacio de La Moneda, la caída inminente de su gobierno y el triunfo inevitable de las fuerzas golpistas.

 

Es verdad que otras generaciones han superado aquel momento. Hoy, aquel estadio en el que asesinaron al cantautor chileno, lleva su nombre en homenaje a su memoria y como símbolo y advertencia para sus verdugos y para todos aquellos herederos de sus formas, de que la historia siempre recordará a quienes respetan y repudiará, aunque cueste conseguirlo, a quienes no lo hacen.

 

También los 11 de septiembre (qué pasará con esta fecha…) se celebra la Diada para conmemorar la caída de Barcelona en 1714 tras el asedio de las tropas de Felipe V. Por un lado me gusta ver cómo se expresa el pueblo en la calle, pero, por otro lado, me entristece el mensaje que escucho. Recuerdo algo que me dijo Javier Reverte en alguna de las sobremesas que compartí con él cuando le conocí: “Los fascismos siempre se visten con traje regional”. El fascismo, entendido como actitud intolerante y no como el movimiento italiano, está en quienes quisieron reventar la celebración de la Diada en Madrid y también está en el “Noticiero de la verdad” de Nicolás Maduro.

 

Señor Allende, está visto que siempre tendrán que venir otras generaciones para superar tantos otros momentos.

 

Ayer se cumplieron 40 años de la muerte de Víctor Jara y Bruce Springsteen actuó en Chile por primera vez en su vida. Con el Boss mantengo una relación complicada; me gustaron sus discos hasta Born in the USA, me impresionó tanto cuando le vi en Madrid en directo, que me fui a Barcelona a verle otra vez, pero hasta hoy no había vuelto a tocarme la fibra. Me ha emocionado. Y no ha sido por su música, sino porque se me ha presentado como un símbolo contra la intolerancia al cantar en español Manifiesto, el testamento musical de Víctor Jara:

 

«Yo no canto por cantar

ni por tener buena voz,

canto porque la guitarra

tiene sentido y razón»


Podrán quitarle la voz y romperle las manos, pero su canción y su guitarra siempre se escucharán, alto y claro, para tapar las voces de quienes no son capaces de entender que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan.

 

@Estivigon

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