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Contribuyamos a un clima mejor

Este texto pertenece a Remembranzas

El 26 marzo Día Mundial del Clima)

Somos como sonámbulos, sin saber lo que estamos haciendo o hacia dónde nos
dirigimos. Si podemos despertarnos o no depende de si podemos caminar
conscientemente en nuestra Madre Tierra. El futuro de toda la vida,
incluida la nuestra, depende de nuestros pasos conscientes.
Tenemos que escuchar las campanas de la atención plena que están sonando
en todo nuestro planeta. Tenemos que aprender a vivir de una manera tal
que sea posible un futuro para nuestros hijos y nuestros nietos.
Me he sentado en meditación durante mucho tiempo y he reflexionado
sobre el calentamiento global, y la enseñanza de los Maestros es muy clara.
Si continuamos viviendo como hemos estado viviendo,
consumiendo sin pensar en el futuro, destruyendo nuestros bosques
y emitiendo gases de efecto invernadero, el devastador cambio climático es inevitable.
Gran parte de nuestro ecosistema será destruido. Los niveles del mar subirán
y las ciudades costeras se inundarán, obligando a cientos de millones de refugiados
a abandonar sus hogares, creando guerras y brotes de enfermedades infecciosas.
Necesitamos una especie de despertar colectivo. Entre nosotros hay hombres y
mujeres que están despiertos, pero no es suficiente; Millones de seres humanos
todavía están durmiendo. No pueden escuchar el sonido de las campanas, del viento, del
mar y de las estrellas.
Cada día, así como cada instante, son para celebrar el clima que nos alienta,
pero como «recurso» para no hundirnos sin remedio en la catástrofe se ha instaurado que el
26 de marzo se conmemore y celebremos el Día mundial del Climas.
Si piensas que no sabes cómo cooperar en este movimiento solidario, pasa la palabra, difunde
información en Centros especializados. Pero no te quedes de brazos cruzados pensando que tu
acción sería como una gota de agua. De eso se trata, de que caigamos en la cuenta, que sin
esa «gota» de agua el mar, los ríos, las nubes, el aire la echarían de menos.
Pasa la palabra, nosotros, cada uno, podemos aiviar y hasta cambiar este descomunal ataque
al clima y al medio ambiente. Sin esa gota de agua, el mar la echaría de menos.

José Carlos Gª Fajardo. Profesor Emérito U.C.M.

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