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Conversación en la oficina acerca de ‘La isla de los esclavos’ en Nave 73


 

A y B en la oficina, jugando al dominó.

 

B.- A partir del lunes se acabó nuestra libertad, así que tenemos que aprovechar.

 

A.- ¿Cambiamos de juego? Me siento como un abuelo. Tengo la baraja en el cajón…

 

B.- ¿Y el tute no es de abuelos?

 

A.- Ya, pero llevamos 3 días con el dominó.

 

B.- Siempre vemos la obra de teatro que tú quieres, pues ahora jugamos a lo que yo quiero. El dominó me recuerda a mi abuelo, él me enseñó…

 

A.- Ya, lo imaginaba…

 

Suena el teléfono. A y B ni se inmutan.

 

A.- Cuando regrese, va a revisar las grabaciones de las cámaras y se nos va a caer el pelo.

 

B.- Que le den morcilla. Hoy no puedo, pero ¿qué vemos mañana entonces?

 

A.- La isla de los esclavos, de Marivaux, por la compañía Venezia Teatro.

 

La isla de los esclavos

 

 B.- Ah, ya me hablaste, es verdad… ¡Es un título acorde con lo nuestro…! ¡Jajajaja!

 

A.- Sí, sobre todo esta semana…

 

B.- ¿Y de qué va?

 

A (se acerca a su ordenador y lee).- » Ifícrates y Eufrosina, señores de la alta sociedad ateniense, naufragan junto a sus esclavos (Cleantis y Arlequín) en una isla. Allí les recibe un misterioso personaje que les dice que han llegado a la Isla de los Esclavos. Ante el desconcierto de los amos, Trivelín les comunica que deberán cambiarse los roles, es decir, quien era esclavo pasará a ser amo y viceversa. El propósito de ese “legislador” no es otro que educar a los amos para corregir y eliminar la tiranía ejercida sobre sus esclavos. Para ello deberán someterse a la voluntad de sus nuevos señores y experimentar en sus propias carnes lo que significa estar al servicio de otro ser humano.»

 

La isla de los esclavos

 

B.- ¡Jajajajajajajajaja! ¡Adoro el teatro! Deberíamos proponérselo al jefe, el lunes, cuando llegue… Para que aprenda a tratarnos… Que se cambie por nosotros, que nosotros seamos los jefes, y él, el sucio empleado, que tenga que venir los sábados aquí a las 9 de la mañana, no, mejor a las 8, o a las 7, y que limpie los váteres, y que me chupe la suela del zapato, y que…

 

A.- ¿Serías peor tirano que el tirano actual?

 

B.- ¿Cómo?

 

A.- ¿Cuántas veces te ha hecho él limpiar los váteres o chuparle la suela del zapato?

 

B.- Pues…

 

A.- ¿Entonces?

 

B.- ¿Le estás defendiendo?

 

Suena de nuevo el teléfono y ni se inmutan. Pausa.

 

B.- ¿Quién sale?

 

A (lee de nuevo).- «Iris Díaz, Ana Mayo, Borja Luna, Javier Lago y Antonio Lafuente.» Y dirige José Gómez.  

 

B.- No los conocemos. ¿En qué teatro?

 

A.- Nave 73.

 

B.- Ah, ya sé cuál es… Tiene un bar muy mono, esperaremos allí a los actores, ¿no? No les conocemos, pero les conoceremos mañana viernes. Como dice tu amigo, que para encontrarse con un actor sólo hay que estar en el bar adecuado en el momento adecuado, ¿no?

 

A.- Sí, más o menos.

 

Vuelve a sobar el teléfono. B se levanta y se acerca al aparato, pero no descuelga.

 

B. – Me siento mal si no lo cojo. Sobre todo después de lo que he dicho…

 

A.- ¿Qué has dicho?

 

B.- Lo de la suela del zapato.

 

A.- ¿De verdad lo harías?

 

B.- No lo sé. ¿Y tú?

 

A.- ¿De qué seríamos capaces si tuviéramos poder? Es aterrador.

 

Suena otra vez el teléfono. A y B lo miran, pero no se levantan.

 

Oscuro.


 

Continuará.  Para saber todo lo que pasa en esta singular oficina, pinchar aquí.

 

@nico_guau


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