A y B y C en la oficina. A y B frente a sus ordenadores. C en pie leyendo un libro en voz alta.
C.- Ya casi me lo sé… Nace el ave y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma…
C les mira. A y B le miran.
A.- Yo mañana tengo cosas que hacer.
C.- Es el último día. En La Victoria.
A.- Ya, pero…
C.- Es una oportunidad única, dos obras que se basan en este libro, con tres días de diferencia… (Levanta en alto el libro.) La vida es sueño… Aún no he pasado de las primeras páginas, pero se oye por ahí que es muy bueno. Y ya sabéis, el miércoles 28, Carrera de ratas. Y mañana nos toca La vida es sueño, el bululú.
A.- Ya veremos.
C (lee de un papel que guarda dentro del libro).- «Sumérgete en un apasionado viaje en el tiempo con La vida es sueño, el bululú de la mano de Sebastián, un famoso comediante del Siglo de Oro que te acercará al Madrid del XVI y XVII para mostrar la vida teatral de los corrales de comedia y la compañías de la legua.» ¿A que tiene buena pinta? «Bululú», «corrales de comedia», «compañías de la legua»… Suena todo tan… clásico… Me encanta lo clásico…
A.- Qué bien.
C (se pone tierno y sensible).- La semana pasada fui al teatro dos veces, solo. Sin nadie. Por favor, me gusta ir al teatro con vosotros…
Pausa. A y B le miran. C llora un par de lagrimitas falsas.
C (lee de nuevo).- «Madrid, 1648. Teatros cerrados por orden real, actores perseguidos… Los pregones de los alguaciles que recogen la prohibición nos adentran en el sótano de la famosa Taberna del Turco, donde un joven actor representa los primeros versos de La vida es sueño. Pronto sabremos que se trata de Sebastián de Prado, famoso comediante de la época…»
B.- ¿A qué hora es?
C.- A las 19’30h. En una sala nueva. La Victoria. Por Atocha. Nunca he estado. El actor se llama Jesús Torres. Creo que también lo ha dirigido, y lo ha hecho casi todo… Mañana se lo preguntamos… ¿No? ¿Nos vemos allí?
B.- Sí, nos vemos allí.
C.- Gracias, amigos. (Llora de nuevo… y sale).
A.- ¿Por qué le has dicho que sí?
B.- Me ha dado pena.
A.- ¿Has creído que era verdad? ¿Lo de llorar y todo eso?
B.- No.
A.- ¿Entonces?
B.- Me ha dado pena.
A.- Pues estamos buenos.
B.- Nos ha subido el sueldo por ir con él al teatro.
A.- Nos lo merecemos, ¿no? Por el trabajo, no por el teatro…
B.- Y puede que hoy sea una de los últimos sábados que vengamos a la oficina.
A.- A mí no me dio ninguna pena cuando el miércoles pasado nos lo encontramos en…
B.- Ya, pero yo soy más sensible que tú.
A.- Pues estamos buenos.
C (desde dentro).- apenas es flor de pluma
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
A.- negándose a la piedad
del nido que deja en calma.
B.- ¿Y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
A.- ¿Te lo sabes?
B (se encoge de hombros).- Un poco…
C (dentro).- ¡Adoro el teatro! ¡Jajajaja!
A.- Pues estamos buenos.
Oscuro.
Continuará. Para saber lo que pasa en esta oficina, pinchar aquí.
@nico_guau