Me siento indignado, triste, con rabia en los ojos y en mi alma, impotente ante tanta irresponsabilidad consentida de los que dicen ser nuestros representantes políticos, nuestros gobernantes que se suponen deben velar por el bienestar de la sociedad española, de nuestra sanidad bien equipada. Tengo vergüenza ante tanto descontrol, ante tantas muertes inocentes que se podrían haber evitado si en lugar de tomar decisiones políticas se hubieran tomado decisiones técnicas, científicas sabiendo lo que estaba ocurriendo en Italia.
Nadie, al menos los de mi entorno, podíamos comprender como ya el 24 de febrero los casos saltaron a la península detectándose en la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad de Valencia. Nos decían los comunicados oficiales que el coronavirus era como la gripe, que no teníamos que alarmarnos, que no afectaba a los jóvenes, mientras que en Italia ya había miles de muertos y la situación estaba llegando en el Norte de Italia a extremos desbordantes y caóticos. Constantemente se recibía mensajes de personas en Italia que España no cometiera el mismo error, que había que cerrar las fronteras. Sin embargo nuestros “grandes” políticos no daban importancia a la situación italiana, permitían los viajes a ese país. El puente aéreo con Italia estaba en pleno rendimiento. Varios partidos de futbol se celebraron en Italia y en España con españoles e italianos juntos. Se seguían permitiendo descaradamente todos los eventos de masas, incluido el 8 de marzo, día de la mujer. Pero las decisiones políticas estaban echadas. Había que comenzar las restricciones después del 8 de marzo. Había que aguantar en lugar de tomar medidas sabiendo lo que nos llegaba de Italia y sabiendo la cantidad de casos que ya había en España. Sin embargo se permitió.
Mientras todo esto sucedía, ya la OMS estaba recomendando encarecidamente a los países y sobre todo a España, que se prohibieran las masificaciones. El 24 de enero de 2020, si digo bien, enero, la Dirección General de Policía por su Unidad de Protección de Riesgos Laborables y Acción Social, distribuía un comunicado a todas las Unidades advirtiendo que se evite el contacto con cualquier persona que presente síntomas de enfermedades respiratorias, como tos y estornudos y se evitara aglomeraciones. En sus conclusiones comunicaba que “ante la información difundida por la OMS sobre posibilidad de expansión del virus se propone la adopción de las siguientes medidas preventivas a los funcionarios policiales, especialmente de los puestos fronterizos..” y ordenaba la utilización de guantes de nitrilo de un solo uso para cacheos o inspecciones de equipajes y documentación, así como la utilización de mascarillas FFPP 2 en el control de la documentación. Es decir, el gobierno sabía perfectamente el 24 de enero de la gravedad de la situación en la que nos íbamos a enfrentar. El 31 del mismo mes se dio el primer caso en la Gomera de un turista procedente de Alemania y posteriormente pasó a la península posiblemente por vía de Italia ya que cientos de pasajeros seguían llegando desde Italia y al revés.
Sabiendo todos estos datos y que la OMS estaba anunciando reiteradamente del peligro de las aglomeraciones, es de una irresponsabilidad que raya el delito, decir unos días antes de la manifestación del 8 de marzo y ante los medios de comunicación (está grabado) por parte del técnico de sanidad Fernando Simón, que si “su hija le pedía consejo para ir a la manifestación, le diría que puede ir sin ningún tipo de problema si es su deseo”.
Un día después del 8 de marzo se suspenden las clases en todos los colegios a nivel nacional. Por lo tanto sabían perfectamente de la gravedad con la que nos íbamos a enfrentar, sabían perfectamente que no era como la gripe común. Fuimos vilmente engañados en directo y las hemerotecas lo pueden comprobar. Todo está grabado.
Ahora nos enfrentamos con miles de muertos en la Comunidad de Madrid y en toda España. Personas no sólo mayores, sino también jóvenes. Residencias de ancianos abandonadas donde han muerto cientos de personas. Hospitales abarrotados de personas en urgencia, personal sanitario sin protección y todo lo que estamos viendo diariamente. Personas que mueren en soledad, sin ver a sus seres queridos. Familiares que no pueden despedirse de ellos. Otros que mueren en sus casas porque les dicen que si no es grave que tomen paracetamol y al poco tiempo se les aumenta los síntomas y mueren. Tanatorios desbordados. En la Comunidad de Madrid se ha abierto Tres Morgues para depositar a los cadáveres. Impresionante. Con mucho dolor y mucha rabia. Todo esto se podría haber evitado. Y no es decir que después de pasado es muy bonito decir lo que se tendría que haber hecho. No. Ya se sabía. Los casos estaban. En China muriendo personas y confinados todos. El norte de Italia infectado con miles de muertos…..no hay disculpas…la policía lo sabía desde el 24 de enero. No hay perdón. Las cosas se han hecho mal. Y lo tienen que reconocer así. Caen sobre sus espaldas miles de muertos y espero que sean juzgados por ello.
Es cierto que ahora no toca. Que tenemos que estar unidos más que nunca para poder levantar el país tanto de esta situación como la económica que será bestial. Pero una vez que volvamos más o menos a la normalidad, porque creo que vamos a tardar mucho en ser como antes aunque se levante el confinamiento, tendrán que dar explicaciones y se les tendrá que pedir responsabilidades por su mala gestión y sobre todo por el elevado sufrimiento de las víctimas y de sus familiares que no se les ha permitido ni si quiera que puedan tener un último beso, una compañía o un último adiós, el más de los elementales derechos. Tendrán que responder por los miles de personas que perderán sus puestos de trabajo.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), ha denunciado ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo al Ministro de Sanidad por su gestión ante la pandemia por “falta de previsión”, “insuficientes medios de protección”, “infracción de las normas en materia de prevención laboral” y por “homicidio imprudente”. Vendrán muchas más de familiares y de personas que han ido al paro. ¿Cómo en una España que se supone avanzada, una mujer tenga que buscar de tanatorio en tanatorio a su marido que había muerto hace seis días? Muchas cosas se deben aclarar y muchos vídeos a revisar. Tiempo habrá, pero esta negligencia no puede quedar inmune y menos escudarse de que es una pandemia global. Se podía haber evitado. Con decisiones drásticas. Pero la política se antepuso a la razón y a la salud de los ciudadanos y eso no se debe de perdonar. Son muchas vidas y mucho sufrimiento. No sé que espera el Estado para al menos declarar luto oficial continuado mientras las muertes se sigan produciendo en masa. Otra falta de ética y empatía.
En unas declaraciones recientes a un cargo importante que ha llevado la alerta sanitaria en China en un medio televisivo español y preguntado por el origen del coronavirus, declaró que eso no era importante, que ahora había que intentar parar los muertos. Pero no es cierto. Claro que es importante saber el origen de este virus para precisamente no volver a caer en el mismo error como ha caído China, porque no olvidemos que el virus comenzó en Wuhan y ellos tienen la obligación de saber, investigar y poner fin las causas que lo originó para que no se vuelva a repetir. Muchas cosas se podrían hablar sobre este asunto. Pero creo que las informaciones irán saliendo
Lo que tenemos que tener en cuenta es que un simple ser microscópico ha puesto en jaque a toda la humanidad. Debemos bajar de nuestro pedestal como “homo sapiens” y saber que somos insignificantes, que la Tierra no nos necesita por mucha tecnología que tengamos y sobre todo que debemos poner en todas las constituciones del mundo, los derechos fundamentales de la Tierra y la protección de sus ecosistemas que nos dan la vida. Una lección que no debemos olvidar jamás.
Si después de todo lo que estamos pasando, los gobiernos del mundo no cambian de rumbo en un mayor respeto a la naturaleza, a la biodiversidad del planeta, para su conservación y respeto de todos los ecosistemas….el esfuerzo y la vida de miles de personas habrá sido en vano y en la próxima pandemia desapareceremos como especie. Esto es una advertencia clara y real. No está sacada de ningún guionista de ciencia ficción ni somos protagonistas de una película. Nuestros políticos seguirán a lo suyo, con sus peleas y tendremos que ser la sociedad civil la que les dejemos las cosas bien claras. Ignorando a la Tierra no vamos a ningún lado. Si no hay un verdadero sentir para cambiar, cavaremos nuestra propia tumba como especie.