En la década de los 80, con Sendero Luminoso y el MRTA campando a sus anchas y el primer Gobierno de Alan García luchando sin escrúpulos contra la guerrilla, Perú se convirtió en un país con miedo, carcomido por las preocupaciones, que centraba sus esfuerzos en sobrevivir entre tinieblas y una inflación galopante. En muchas ocasiones no quedó más que el exilio. Años de violencia terrorista y crisis económica en los que inician su adolescencia Anita y Lucho. Es el retrato de la primera película de Roquita para los amigos, Rossana Díaz Costa en los créditos del film Viaje a Tumbuctú. “Pese a que la historia principal es narrada en Lima, la cinta es eficaz en marcar las diferencias de cómo la violencia afectaba de modo más intenso a la población rural o a la población quechua-hablante, residente o no en la capital”, escribe la periodista limeña Jacqueline Fowks en El País. Una película para tener en el radar.
