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Mientras tantoCrónica de la gala de los Premios Max II

Crónica de la gala de los Premios Max II


 

Segunda parte de lo iniciado ayer por nico guau:

 

Si alguien pensaba que las galas se viven mejor en primera fila, donde las cámaras te enfocan de cerca y ves llorar en directo a los famosos, con estos Max habrá acabado desengañado.

 

Lo ideal, como casi siempre, es el gallinero. En este caso, el gallinero de la prensa, adonde nico guau y servidora subieron tras la orden del señor Galindo. Fue fácil encontrar el camino, siguiendo a la marabunta de compañeros con cámaras de fotos superdotadas, escalerillas de pintor al hombro o portátiles bajo el sobaco. Al llegar arriba, tuvimos nuestro momento de duda, novatos como éramos en esas lides y acostumbrados a gallineros menos preparados y asépticos. ¿Qué hacíamos un perrito de tan dudosa raza como nico guau y una francesa color pardo como yo en un espacio con tanto profesional equipado?

 

Suerte que el miedo se nos pasó pronto, al encontrarnos con la mirada cómplice de tantos maestros de profesión (el señor Bravo, la señorita García, el señor Losánez o el señor Ayanz), que levantaron los ojos de sus portátiles un segundo fugaz para darnos la bienvenida. (Un día nos tendrá que explicar alguno de ellos esa táctica suya para ver la gala y enterarse de todo sin dejar de teclear sobre la página en blanco…). Se les veía contentos de que también los que queremos hablar de otra manera del teatro madrileño estuviéramos allí con ellos.

 

Suerte también que nos encontramos con nuestros queridos #tuiteatreros, que nos hicieron un hueco en la sala principal, por donde irían desfilando los premiados de la noche. (Los #tuiteatreros están muy preparados para situaciones como estas, y aunque pudimos competir con ellos marcando el ritmo en twitter, nos ganaron en glamour, posando en el mismísimo photocall de las estrellas premiadas, como se ve en la foto)

 

tuiteatreros

 

El caso es que la gala comenzó y volvió a confirmarse eso de que lo ideal, como casi siempre, es el gallinero. El sitio más divertido, donde todo se puede comentar… y donde puedes dar mil vueltas en tu butaca si lo que ves no te gusta. Esto, claro, es especialmente útil si el señor que presenta la gala empieza a pegar unos berridos incontrolados a la gente que tiene delante. Soltamos nosotros mismos un par de frases, que automáticamente raptamos:

 

"#tuiteatreros, decidle al presentador que no grite" (n.g.)

 

"aunque lo parezca por el presentador, no repartían droga a la entrada" (v.y.)

 

Especialmente útil, decía, es estar en el gallinero si ese señor no deja ni hablar a los premiados. Así, ellos salen del escenario como si los acabaran de echar de algún sitio, y vienen a la sala de prensa con una cara que mezcla alegría con miedito de ‘me ha gritado un señor muy bruto en plena cara’. De ese modo, se fueron plantando uno a uno los galardonados con sus manzanas delante de nosotros (benditos momentos en que bajaba el volumen de la gala televisada en el plasma del fondo) para recibir flashes, enhorabuenas y… ¿alguna pregunta?

 

“levantamos la mano primero para preguntar”

 

"¿alguien quiere hacerle alguna pregunta? ¿no? pues nada"

 

Los que sí eran famosos sí recibían preguntas, y respondían con un par de tópicos, pero el resto… Ninguna pregunta. Yo, por no quedarme callada, apuntaba alguna frase…

 

"la sala de prensa es el mejor bajaegos del mundo" (v.y.)

 

"¡por un teatro sin estrellas!" (v.y.)

 

“ah, bueno, no, el ego te lo baja ya el bicho gritón ese cuando te dan el premio” (v.y.)

 

La mayor parte de los premiados, después de la foto, se encontraban con la señorita Osinaga (que no se perdía un solo movimiento en cien metros a la redonda) o con algún simpático periodista vallisoletano, que enganchaban a muchos de ellos para una entrevista personal.

 

También hubo tiempo para que algún premiado que otro soltara el par de frases típicas de premiado, de esas que ves en la tele y te da igual, pero que allí in situ te obligan a reprimir la risa y te llevan a imaginar maldades como…

 

"estoy tan acostumbrado a estar nominado y que no me lo den, que he venido borracho y en calzones"

 

O también se (me) oyó:

 

"pues chica, no sé, yo soy de las que piensan que la frase NO ME LO ESPERABA, ESTABA TAN ACOSTUMBRADO A ESTAR NOMINADO Y QUE NO ME LO DEN... le quita todo el valor a las cosas reivindicativas que hayas dicho o hecho antes" (v.y.)

 

Suerte que podíamos salir corriendo cada vez que queríamos hacia el hall de los canapés, para hundir en tortilla (precongelada), empanada (mucho mejor) y embutido (saladito, rico) las risas y atoros.

 

Por eso, lo mejor casi siempre es el gallinero, donde (como os explicará mañana nico guau) puedes comer y tomarte una cervecita cada vez que te viene en gana…

 

(Eso si no te interrumpe el ágape alguien de la organización; como al propio nico guau, que al estar compartiendo mesa con el señorito Botto, le vinieron a pedir a nuestro perro que le trajera agua al premiado, que no le bajaba bien el pincho…)

 

 “cuando juan diego botto tiene hambre, hasta a nico guau lo confunden con un camarero...” (v.y.)

 

Continuará…

Vera Yobardé

@verayobarde

 

Aquí todas las frases raptadas por si alguien no las puede leer:

 

«#tuiteatreros, decidle al presentador que no grite» (n.g.)

 

«aunque lo parezca por el presentador, no repartían droga a la entrada» (v.y.)

 

“levantamos la mano primero para preguntar”

 

«¿alguien quiere hacerle alguna pregunta? ¿no? pues nada»

 

«la sala de prensa es el mejor bajaegos del mundo» (v.y.)

 

«¡por un teatro sin estrellas!» (v.y.)

 

“ah, bueno, no, el ego te lo baja ya el bicho gritón ese cuando te dan el premio” (v.y.)

«estoy tan acostumbrado a estar nominado y que no me lo den, que he venido borracho y en calzones»

 

«pues chica, no sé, yo soy de las que piensan que la frase NO ME LO ESPERABA, ESTABA TAN ACOSTUMBRADO A ESTAR NOMINADO Y QUE NO ME LO DEN… le quita todo el valor a las cosas reivindicativas que hayas dicho o hecho antes» (v.y.)

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