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Crónica de Madferia 2015, Feria de Artes Escénicas en el Matadero de Madrid


 

 

Madferia

 

Como alguno sabrá, acudimos corriendo a Madferia cuando nos enteramos de que una de las obras tenía lugar en los baños de un teatro, pero esa es otra historia ya contada en estas páginas. En esta ocasión haremos una breve crónica de la Feria, en la que se reunieron participantes de todo el ámbito español e incluso alguno del extranjero. Abundaban los programadores de teatros y municipios de la Comunidad de Madrid y de otras comunidades españolas, así como algunos programadores de ferias y festivales. Asimismo había un apartado de «otros», en el que se englobaban los representantes de entidades relacionadas con el teatro, algunas dependientes de las instituciones, y otras privadas. También se encontraron allí distribuidores de toda la península, y miembros de compañías en busca de distribuidor. No sé si algún negocio tuvo lugar, eso es ya algo más personal… Pero supongo que algo habría… Me refiero a negocio teatral, de otro tipo de negocios no estoy hablando.

 

En la acreditación aparecía el nombre de la persona y el grupo al que pertenecía: «programador», «distribuidor», «otros», etcétera. Dicha acreditación colgaba del cuello por una cuerdecilla algo flexible y quedaba a la altura del pecho de la persona que lo portaba. Por ello había que mirar disimuladamente para que no pensara nadie que lo que le estabas mirando era el pecho… Pero bueno, yo, como perro y descarado que soy, de disimulo no tengo mucho, así que en más de una ocasión alguno, y más bien alguna, me pilló mirándole el pecho; mis intenciones no eran sino las de escribir esta crónica, claro, pero no todas pensaron lo mismo…

 

Por las mañanas, talleres y encuentros. En el primero de ellos, el del martes, llamado Venderse en un ascensor, enseñaron a los participantes a vender su espectáculo en 18 segundos. Tal vez en los siguientes días de feria (acabó el viernes), alguno utilizó la táctica aprendida y quizá tuvo suerte… Pero de eso tampoco me he enterado.  A estos negocios me refería en el primer párrafo, malpensado…

 

Madferia

 

Cada día se podía asistir a varios espectáculos, en total 17 en 4 días, que iban desde el teatro invasivo en los baños (Punto muerto) ya comentado, hasta el teatro algo más convencional, el teatro comercial, la danza,  el género infantil y el musical. La feria estaba organizada por Artemad, y entre los espectáculos programados había varios de sus compañías asociadas. De danza se pudo disfrutar (y mucho) de La voz de nunca –una versión de Esperando a Godot sin una sola palabra–, de Incógnito y Saba  –dos interesantes piezas breves de la compañía catalana de Lali Ayguadé– y de la histórica compañía de danza dentro del panorama español e internacional Provisional Danza, con Carmen Werner a la cabeza, con el espectáculo Tell me.

 

Madferia

 

El género musical llegó con Primital Bros y El experimento, con el flamenco de José Torres Trío y La suite del reloj, y con la divertida El crimen de la hermana Bel de La Pavana. Un montaje a caballo entre la danza y la música fue Desconcierto – Estudio 1. Nocturno de la compañía Alicia Soto- Hojarasca.

 

El género infantil vino de mano de La Pitbull Teatro con Segismundo, el príncipe prisionero, de Karlik Danza Teatro con El chef Chop Chop y el tik tak de Fidelia, y de una compañía especializada en títeres desde hace décadas, La Tartana, que nos trajo una emotiva historia del niño que quería convertirse en un gran guerrero matando a un león, El sueño del pequeño guerrero.

 

Madferia

 

Y ahora llegamos al apartado de obras normales. ¿Y por qué las llamamos normales? Pues no lo sé, la verdad, será algo sobre lo que podrían reflexionar Vera Yobardé o la señora del fondo, que son las que más piensan de este gallinero, porque a mí no se me ocurre la respuesta. Bueno, Sudhum Teatro nos mostró Vagos y maleantes, Morboria nos hizo reír con Picnic en el campo de batalla, de Fernando Arrabal y Sursuncorda Teatro trajo El canto de la rana, de J. Sanchis Sinisterra. También pudimos ver un entretenido montaje que lleva más de 10 años deleitando: Ildebrando Biribó, el último Cyrano, de la compañía El gato negro, interpretado por Alberto Castrillo-Ferrer. Y también teatro de aire más comercial: Humo, de la compañía Telón corto. Y el miércoles disfrutamos de Nunca debimos empezar por ahí, de otra compañía histórica, Cambaleo Teatro, en que se cuestionan el momento artístico en que se encuentran, y reflexionan sobre cómo empezaron en eso del teatro…

 

Madferia

 

Además, hubo 2 güorquinprogres, uno sobre un espectáculo llamado Éxodo, escrito por Julio Salvatierra y dirigido por Roberto Cerdá, y otro muy divertido, la Juanita Calamidad de las Chirigóticas, escrito y dirigido por Antonio Álamo. Juanita Calamidad se estrenará en octubre, y entonces sabremos si cambian el alcohol por los descafeinados, y consiguen reformarse, ya que su vida «es un zig-zag». ¡Que llegue octubre!

 

Madferia

 

No pude raptar frases, porque no estuve ahí al quite. Había tantas que fue imposible decidirse por cuál raptar… Además en una de las ocasiones, el señor Ortiz pronunció una frase muy raptable, pero enseguida me miró y me dijo: «¿no irás a poner esto en tus gallineos?». Y yo me quedé pensando… ¿»gallineos»? Y entre pensar y pensar, se me olvidó la frase y no la pude anotar… ¿Cuál era, señor Ortiz? ¿La recuerda?

 

La conclusión que sí saqué es que sólo se hablaba de teatro, todo el día, mañana y tarde, en los descansos, en las comidas, en los baños, incluso a veces durante las funciones… ¿Por qué? Tampoco puedo contestar a esta cuestión, quizá es algo a lo que podría dar respuesta otra gallina… Pero todo el rato lo mismo, os lo puedo asegurar, ya que entre mirar acreditaciones y escuchar conversaciones, he pasado allí 4 días… Todo el rato hablaban de lo mismo, incluso se repetían… Escuchaba la misma conversación en distintos grupos de personas, o incluso en los mismos grupos… Me daban ganas de ladrarles «pero si eso ya lo hablásteis ayer…». No dije nada, menos mal, les hubiera asustado mucho ver un perro que habla…

 

nico guau

 

P.S.: No debo dejar de decir que pasé también muy buenos ratos con las señoritas Berini, Rodríguez-Gil, las López-Segovia, Quintero, Yagüe, Savirón, Álvarez, Caballero, Doménech, Martín-Lago, y el señor Álamo, Bao, Sojo, Rodríguez, Buisán, Atienza, Lafuente, Huetos, Luna, Torres, y tantas otras y otros cuyo nombre he olvidado ya, pero que me echaban huesecitos en la hora de la comida, para que mordisqueara con mis dientes caninos. 

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