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Mientras tantoCrónica de una tarde con María Zambrano

Crónica de una tarde con María Zambrano


 

Pasé por el teatro Valle Inclán y vi una multitud agolpada en la puerta. Algo me olí. Soy un perro, y eso de oler se me da bien. Se empujaban unos a otros, «yo llegué primero», «no, fui yo quien llegó la primera»… No entendía que hacían ahí. Pero fui entendiéndolo todo poco a poco a medida que empecé a husmear… Allí había mucha gente que conocía, la señora Herrero, el señor Faba, el señor Báñez, las famosas señoritas Guivernau y Pacheco, que están casualmente siempre allá donde se me ocurra ir… (Por cierto, la famosa señorita Guivernau confesó que estaba cansada de ser tan famosa y prometió cambiarse el look para no ser reconocida…) Claro, había un acto de los llamados Los lunes con voz. Era gratis. Y no cabían todos. Conseguí una entrada pronto, si me preguntas cómo, te diré únicamente que sólo es cuestión de husmear.

 

Cartel

 

Se trataba de un acto en torno a la figura de María Zambrano, con la lectura dramatizada de una obra escrita por 3 mujeres, Blanca Doménech, Itziar Pascual y Nieves Rodríguez Rodríguez. Por cierto, es que me contaron que ésta última autora se vio de repente cautivada por la figura de María Zambrano, y le dedicó su tesis, una obra de teatro (la que escuchamos hoy), otra obra de teatro que se estrenará en primavera, y que se leyó al lado de su tumba en Málaga… Y supe también que embarcó a un montón de conocidos en la escritura de ensayos sobre María Zambrano que se han publicado en la editorial Antígona en un volumen que también se presentaba hoy. Además, se presentaba el número de la revista teatral Primer Acto en que están publicados otros ensayos sobre María Zambrano escritos por las tres autoras de la obra que hemos escuchado.

 

Coloquio

 

En la obra, titulada María Zambrano [La hora de España], esta filósofa inabarcable (como se la ha definido en el coloquio) estaba interpretada por Laura Ordás, y la lectura estaba dirigida por Laura Ortega. Ambas dijeron unas palabras sobre el proceso de trabajo, en el coloquio, pues todo buen acto de los lunes tiene que tener un coloquio (ahí es donde realmente se ganan puntos para el pasaporte teatral, sobre todo si se hace una pregunta sesuda). Alguien, no recuerdo quién, exclamó:

 

frase

 

También hablaron las 3 autoras, que afirmaron haber escrito juntas desde la distancia, y que a la hora de escribir pensaron en los últimos delirios de María Zambrano en el avión de vuelta a España y en qué personajes se encontraría en ese viaje. Y el profesor Antolín Sánchez Cuervo, que formuló el deseo de que hubiera más colaboración entre el ámbito académico y el teatral, y propuso la creación de una nueva rama del saber:

 

marco

 

Y cuando sabíamos ya bastante sobre María Zambrano, la directora del montaje pidió excusas por haber usado una maleta en escena y entonces alguna espectadora preguntó que cuál era el problema de la maleta, y comenzó a desviarse el tema hacia los decorados, los símbolos, la modernidad… hasta que se escuchó:

 

marco

 

Esta frase necesita una explicación: Estábamos en una sala muy pequeña, en la Mirlo Blanco, que tiene unos 65 o 66 asientos (por eso había tortas en la puerta, para conseguir entradas, porque estaban agotadas). Y abajo, en la sala grande, en la propiamente llamada Teatro Valle Inclán, está programada La cocina, una obra que ha costado una cantidad que me da miedo escribir, así que pongo una foto de un artículo aparecido en prensa hace unos días:

 

la cocina

 

Y tras reír pensando en cantidades desorbitadas de dinero, todo llegaba a su fin, y ese magnífico coloquio estaba a  punto de desembocar en lo que todos sabemos: el bar, que siempre acoge a los teatreros en esos duros momentos de reflexión. Pero justo como colofón, una espectadora que había venido expresamente desde Segovia, y a la que la señora Herrero le había conseguido una entrada, dijo:

 

marco

 

Y con esta bella imagen salimos de la sala, con la sensación de haber pasado la tarde con María Zambrano, una María Zambrano de carne y hueso, gracias a una actriz, a una directora, a 3 autoras, al CDN por acoger el acto, y sobre todo gracias a una visionaria como Nieves Rodríguez Rodríguez, a quien siempre recordaré por esta frase:

 

marco

 

 

@nico_guau


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