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Mientras tantoCruce de vidas

Cruce de vidas

El dueño pálido de la tabaquería   el blog de Ernesto Pérez Zúñiga

Y entonces a las diez de la mañana me cruzo en la plaza Jacinto Benavente con un hombre delgado, cuarenta años, borracho, vestido con un impermeable azul, que seguramente se dirige a desayunar en el comedor Ave María, en cuya puerta aguarda una larga fila, ni una sola mujer.

 

«Yo también soy un padre muy rabínico», me dice o le dice a mi barba, al sombrero y al abrigo oscuro.

 

«Yo también soy un murciélago», oigo ya a mi espalda.

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