La Fiesta Nacional de Burkina Faso (independencia) fue el viernes 11 de diciembre, pero Ouahigouya estaba desconocida desde una semana antes. No sé cuánta gente habrá venido para la fiesta pero seguro que se duplicó la población. Gente por todas partes, se veían coches por todos lados y un montón de militares y policías. Para aburrir. Y controles de identificación.
Hubo fiestas, conciertos, partidos de fútbol y concentración de mujeres en la Plaza de la Nación para un festival de bailes con la asistencia de la Primera Dama, de todo.
La mayor parte de los actos, quitando el acto central del viernes, estaban organizados y pagados por empresas. Hasta muchas de las obras que se han hecho las pagan las empresas, supongo que para congraciarse y obtener favores de los poderes públicos.
Por ejemplo, los semáforos nuevos que se han puesto los ha pagado ONATEL, empresa de comunicaciones. Colocan delante del semáforo un pequeño muro semiprotector en el que va su publicidad. Se podía pensar para España con tanta obra pública sin sentido como se está haciendo.
El viernes, después de los discursos oficiales, comenzó el desfile.
De la parte militar poco destacable, como todos los desfiles: mogollón de militares con diferentes ‘pieles’ pero dando el mismo miedo, al menos éstos.
Conté más de 30 uniformes diferentes, algunos muy llamativos. No sé si muy prácticos para esta zona, pero aquí el sol pega fuerte y supongo que se les va la olla cuando tienen que tomar algunas decisiones de diseño y cada unidad quiere destacar por encima de las otras.
Unos de rojo, con capa larga, gorra de plato (roja) y sable me pareció que ganaron el concurso.
No hay representación naval, porque ni hay mar, ni ríos, prácticamente, aunque pasaron algunos vehículos anfibios (aquí cuando llueve, llueve).
El ejercito del aire estaba representado por 2 helicópteros y un avión de transportes tipo CASA (no sé si es la totalidad de las fuerzas aéreas, pero por ahí le andará).
Y algunos otros vehículos y tanquetas.
Hasta se trajeron el camión cisterna contra incendios del Aeropuerto de Ouagadougou, espero que le daría tiempo a volver para los vuelos de la tarde-noche, por si acaso.
Y motoristas con sus pistolas y metralletas (te los encuentras así en las carreteras pero sólo 2 por moto, aquí estaban fardando).
Estas ‘mascotas‘ eran un poco especiales por el largo de sus faldas, pero daban ambiente
Y luego todo tipo de agrupaciones civiles, a cual más colorista.
Grupos de personas no muy grandes, menos de 50, representando su región, su actividad o su condición.
Minusválidos con sus carritos, cooperativas de mujeres, estudiantes de todo tipo, mujeres de hostelería con chaqueta y falda corta, sanitarios con sus batas blancas, del Mº de Minería con su casco y su chaleco reflectante, hombres y mujeres de empresa todos de traje y corbata negra, todas las federaciones deportivas (son pocas) con su equipación, representantes de las regiones con sus trajes regionales… éstos eran los más divertidos porque solían pasar cantando y bailando y la gente se unía a ellos.
Incluso, los ‘gourmanché’, una de las etnias, llevaban uno con una especie de bandeja con arena colgada del cuello donde te hacía sobre la marcha una adivinación. Me predijo muchos bienes, pero esa misma tarde tuve que ir al hospital con malaria… puede que se refiriera a dinero y no a salud, así que he pedido que me compren lotería.
Empleadas de hostelería-turismo
Men in Black de las empresas
Yo había estado bromeando con los amigos españoles de Ouahigouya que los blancos teníamos que desfilar también… y me quedé con los ojos a cuadros cuando vi que también había un grupo de nassaras (blanco en mooré, lengua de los mossis).
Eran sólo 15, con sus uniformes iguales y marchando alegres y marciales.
Los Nassaara (blancos, aunque había muchos ‘amarillos‘)
¡Y nadie me había dicho nada..! con la ilusión que me habría hecho. Es verdad que todos eran gente joven, de menos de 30 años, y quizás mi sitio está ya más en el grupo de los minusválidos, en una sillita. A ser posible autopropulsada, que ya ando flojo de remos.
Así que no me quedé en la cama, pero acabé en ella.
La malaria no perdona ni siquiera a los blancos. Al final terminé en el hospital, fiebres, sudores, vómitos… y me confirmaron la malaria. Eso sí, aquí en los hospitales, llegues como llegues, antes de ver al médico o ir al laboratorio hay que pasar por caja y con el recibo de haber pagado la consulta vas al médico para que te atienda.
Las cosas son distintas, nada se parece a lo que estamos acostumbrado y vemos como normal en España, empezando por la Sanidad gratuita y universal.
Los de Sanidad, lógicamente, con sus batas blancas, pero sin fonendos
Voy a aprovechar estos días de Navidad para contaros alguna de esas peculiaridades.
Como que el éxito de las escuelas que atiende la ONG española que trabaja aquí es porque da a los niños de comer en la escuela.