– Maestro, si tú no crees en el cielo ni en el infierno ni veneras a los dioses, ¿por qué te ocupas en servir a los pobres y ayudar a que los demás lo hagan? – le preguntó un día Sergei, mientras regresaban de bañar a una anciana impedida.
– ¿Y por qué sale el sol cada mañana? – respondió el Maestro sin dejar de caminar.
– Porque eso está en la naturaleza de las cosas – respondió rotundo el discípulo.
– Pues eso, Sergei, pues eso. El Maestro Fun Chang nos enseña que no hay que transformar a las personas en lo que no son, sino en aceptar lo que son, en comprender su experiencia de la vida. ¿Acaso arrancamos del jardín las plantas que no son robles? Las rosas no quieren ser robles, Sergei, quieren ser rosas.
José Carlos Gª Fajardo. Emérito U.C.M.