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Culpo a la Cultura de todos mis problemas y expectativas frente a la Vida

 

El título de este post es el nombre de un grupo de Facebook al que pertenezco. Es un grupo extraño, casi ausente, como temeroso. Aunque apenas tiene actividad, ya ha conseguido reunir a 1.267 miembros. Entre ellos tengo algunos conocidos, pero no solemos comentarlo. Apenas sé nada de él, sólo que lo ha creado un estudio catalán que se llama Webográfico. En cuanto lo conocí me alisté, sin averiguar más. Con su nombre me basta. Sí, así, con Cultura y Vida en mayúscula, dándose importancia, soberbias, amenazantes, marcando distancia con esas otras culturas y vidas minúsculas, sencillas, humildes, inofensivas.

 

En general, las cosas que empiezan con mayúscula suelen tener un algo absoluto y exclusivo que las hace más trascendentales, y por tanto más peligrosas. Cambien la mayúscula por una minúscula y tendrán una bomba desactivada. Vean si no el caso de internet, una palabra que desde que ha perdido su mayúscula ha dejado de ser ese deslumbrante mundo nuevo, completo, magnífico, atractivo y peligroso. Ahora, con minúscula, estar en internet es simplemente una conducta, como estar en las nubes, o de rodríguez. Al revés ocurre lo mismo. Un término trivial, común y polisémico como fiesta, se transforma, con la mayúscula, en esa trascendente y artística murga sangrienta que es la Fiesta.

 

Por cierto, ¿qué me dicen de la palabra arte? Con minúscula significa virtud o destreza para hacer bien algo; con mayúscula no se sabe lo que es. Nunca se ha sabido y probablemente nunca se sabrá, pero los esfuerzos que la humanidad ha hecho por averiguarlo han influido en todo lo demás. A finales del s. XIX y respaldada por este tipo de búsquedas, la psiquiatría europea empezó a interesarse por la producción visual de los enfermos mentales y a formar las primeras colecciones con ella.

 

Se acaba de inaugurar en el Museo Reina Sofía de Madrid  una exposición sobre el artista autodidacta mexicano Martín Ramírez (1895-1963), al parecer esquizofrénico, cuya obra fue creada durante los muchos años que pasó internado en instituciones psiquiátricas de Estados Unidos. El tema de las relaciones entre arte y locura, entre arte y marginalidad, tuvo bastante repercusión durante el siglo XX, con reivindicaciones como las de Jean Dubuffet y su Art Brut (1945) o el Outsider Art (1972) de Roger Cardinal. Si quieren profundizar, les recomiendo el magnífico catálogo on-line de la exposición “Pinacoteca psiquiátrica en España, 1917-1990”, que pueden visitar en Elche a partir del próximo 16 de abril.

 

Y recuerden, la felicidad está en las minúsculas.

 

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