Hace un año, Kale, que vive en California, comenzó a tener visión borrosa en su ojo derecho. Tras los exámenes médicos, su familia recibió la devastadora noticia de que tenía un tumor ubicado en el nervio óptico derecho.
“Este año ha sido una lucha para Kale”, dice su padre, William, explicando que, además de luchar contra el cáncer, su hijo está pasando por los trastornos habituales que enfrentan los estudiantes adolescentes de secundaria.
El mayor de dos hijos, Kale, cuyos padres son profesores de historia, tiene interés en las relaciones exteriores e internacionales y sueña con convertirse en diplomático.
“La ONU es una de las mayores fuerzas para las relaciones internacionales en el planeta Tierra”, dijo a Noticias ONU. “Me interesa mucho. Y dado que la sede está aquí en Nueva York, una ciudad que también quiero visitar, pensé que sería un lugar realmente genial para experimentar”.
Mejorar las probabilidades de recuperación
La Fundación Make-A-Wish cree que conceder deseos puede cambiar las probabilidades de que los niños luchen contra enfermedades, ayudándolos a superar sus limitaciones, apoyar a las familias que se enfrentan a la ansiedad, y traer alegría a comunidades enteras.
La Fundación permite que alrededor de 15.000 deseos se hagan realidad en los Estados Unidos cada año, guiados por referencias de equipos médicos.
“En promedio, se tarda entre seis y 18 meses en que se conceda su deseo”, explica Coleen Lee de Make-A-Wish Foundation. “¡Esta es la primera vez que un niño expresa su deseo de venir a la ONU!”
“Es importante para mí visitar las Naciones Unidas debido al trabajo integral que se realiza allí, desde misiones humanitarias hasta esfuerzos de mantenimiento de la paz, todo con la esperanza de hacer del mundo un lugar mejor”, escribió Kale en el deseo que envió a la Fundación. “Por eso creo que sería importante ver el lugar para poder entender mejor el trabajo que se hace allí y cómo se toman estas decisiones”.
Días para recordar
Cuando la ONU recibió la solicitud de la Fundación, intentaron armar un programa personalizado para garantizar que su visita fuera memorable.
“Para que todo valga la pena, decidimos organizar no solo una visita guiada, sino también darle a Kale la oportunidad de conocer a funcionarios y diplomáticos de alto nivel”, explica Rula Hinedi, responsable de la Unidad de Visitas Guiadas de las Naciones Unidas.
El día comenzó temprano con una visita guiada. “Fue increíble, estoy asombrado”, dice Kale, sonriendo. “Me gustó mucho la Asamblea General. Pude subir al podio y fue genial estar en el mismo lugar que grandes personas antes que yo. Eso fue muy poderoso”.
Kale fue después recibido por miembros del Departamento de Seguridad y Vigilancia, incluida Paula Gonzalvez, la oficial de más alto rango, con más de 25 años de experiencia. “Queremos que disfrutes la experiencia aquí”, dijo. “¡Es una organización maravillosa y estamos felices de que nos haya elegido!”
En la sala de consultas del Consejo de Seguridad, Kale se reunió con el oficial Richard Norowski, a quien la visita de Kale y su facilitador Make-a-Wish le trajeron recuerdos emotivos, ya que él acompañó a su hermana en otro viaje de la fundación a Disneyland, cuando tenía siete años. “Mi hermana tenía leucemia. Nunca lo olvidaré, y Make a Wish significa mucho para mí”.
Asesoramiento en alto nivel profesional
La siguiente parte de la visita implicó una serie de reuniones que podrían ayudar a Kale a lograr su objetivo en el futuro de ser un diplomático y trabajar en las Naciones Unidas.
Maher Nasser, director de la División de Divulgación del Departamento de Comunicaciones Globales, compartió su experiencia personal de cómo ascendió en la ONU y sugirió los tipos de estudios académicos que podrían ayudar a Kale a lograr una carrera como diplomático o como un funcionario internacional en la ONU.
“Sigue tu sueño pase lo que pase”, dijo Nasser, “y las estrellas se alinearán para hacerlo realidad”, y agregó que espera ver a Kale en los pasillos de la ONU dentro de unos años.
El embajador de Francia ante las Naciones Unidas, Nicolas de la Rivière, y Diarra Dime-Labille, consejera jurídica de la Misión de ese país ante la ONU, también asesoraron a Kale y compartieron sus experiencias.
“Debes tener la mente abierta porque tienes mucho tiempo para trabajar y negociar con países que tienen objetivos diferentes, visiones diferentes a las nuestras”, explicó Dime-Labille. Nuestro objetivo final es crear un mundo en paz, el objetivo que tenían los países cuando crearon las Naciones Unidas”.
Haz todo lo posible por ser mejor
Kale y su familia están llenos de esperanza para el futuro. “Tenemos entre seis y 12 meses antes de llegar a lo que llamaron el programa de mantenimiento”, dice su madre, Robin.
“En los últimos dos informes, el tumor se redujo y Kale recuperó algo de la vista en su ojo derecho, dice su padre. “Con suerte, el próximo mes obtendremos resultados más positivos”.
Rula Hinedi admite que la experiencia de conocer a Kale y su familia la conmovió.
“Realmente me conmovió. Me hizo sentir muy humilde. Creo que la solicitud de un muchacho de 16 años de visitar las Naciones Unidas es un mensaje fuerte para todos nosotros de que el trabajo que se lleva a cabo aquí sigue siendo relevante, especialmente para las nuevas generaciones. Las cosas no siempre son fáciles, pero el mundo seguramente es un lugar mejor gracias a la ONU”.
Reflexionando sobre el viaje, Kale dice que aprender sobre el bien que la ONU hace en todo el mundo lo ha inspirado a trabajar al servicio de los demás.
“Simplemente haz todo lo posible por ser mejor, porque cuando eres mejor, puedes ayudar a otros a ser mejores, y se producirá una reacción en cadena positiva. Se servicial y amable. Ese es mi mensaje”.