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Mientras tantoCurar la piel (Nadal Suau) y los oligoelementos sobrevenidos

Curar la piel (Nadal Suau) y los oligoelementos sobrevenidos


Las tintas contienen mercurio, cadmio, cobalto, un vasto rango de metales y minerales arrancados al sustrato del planeta. Integrándolos en el cuerpo, los convertimos en anticipo del efecto que el tiempo ejerce sobre los seres humanos: devolvernos a la tierra, mezclarnos. Por eso, el tatuaje reflota una doble paradoja a la luz del día: en él, lo perdurable se reduce a ser tan efímero como la piel que adorna, materia indistinguible de una retina de coleóptero o una uña de ácaro doméstico, nada ocupando el centro de nada. Ya puedes modificarte, ya, que tú y el carbón sois sedimento inminente, un breve azar de consciencia.

Un ser humano contiene básicamente C, H, O y N, como decía Goytisolo los hombres, así tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada. Hay otros elementos, como el fósforo y el azufre que son también importantes y luego están los oligoelementos, que están también presentes en nuestros cuerpos pero en cantidades muy pequeñas, lo cual no quiere decir en absoluto que no sean indispensables para el funcionamiento del organismo

Y ahora los tatuados, los curadores de la piel, añaden unos nuevos oligoelementos a través de la tinta. ¿Cuales son las funciones de estos nuevo elementos químicos añadidos? A responder a esta pregunta y de paso a otras muchas está dedicado este bello ensayo de Nadal Suau

Quién iba a decirme a mí, además, que en un ensayo sobre el tatuaje iba a yo a encontrar la razón por la que escribo estos pequeños (no voy a hacer una tesis semanal, claro) textos, que son como quites o desplantes, detallitos en cualquier caso:

Nunca pasa nada, salvo que decidamos que sí. Es nuestro capricho y nuestra elección concederle importancia a algo o a alguien y ritualizar o fijar la fidelidad, la amistad, la alegría, la belleza.

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