Para todo en esta vida hay opiniones, escuelas, tendencias… Ni siquiera está tan claro que la fecha del nacimiento de Jesucristo, motivo por el que la mayor parte del mundo cristiano celebra la Navidad, fuese el 25 de diciembre.
Que si unos prefieren el calendario juliano al gregoriano, que si la Iglesia Católica se adaptó a la celebración del nacimiento del dios Sol para facilitar la conversión de los pueblos paganos, que si seguimos el relato de Lucas según el cual, la noche del nacimiento, “los pastores cuidaban sus rebaños al aire libre y el cielo estaba lleno de estrellas”, no parece que cuadre con el invierno en el hemisferio norte. En fin, sea como sea, ya es Navidad.
También hay muchas maneras de tomarse estas fiestas. No sé si llamarlo moda, contagio o pose, pero desde hace varios años se ha instalado una costumbre, cada vez más extendida, de denostar e, incluso, ridiculizar estas celebraciones. ¿Por su origen religioso? No lo creo, porque dirían lo mismo de la Semana Santa. ¿Por fingir la felicidad? Que yo sepa, no hay reglamento alguno que obligue a ello. A nadie nos gustan las imposiciones, pero esta es una buena manera de que se den reuniones familiares “diferentes” a las habituales y que, de no ser así, desaparecerían.
A mí me gustan, lo reconozco. Es más, todos los años nos reunimos un grupo de viejos amigos, al que ya se van incorporando algunos jóvenes, para cantar villancicos. Todo muy profesional: teclado, guitarra y libreto con las letras para que todo el mundo se desgañite con conocimiento. Esa es la banda sonora de estas fiestas.
Y para ponerle la banda sonora a esta tradicional entrada del blog, he encontrado algunas curiosidades navideñas.
Un Sanyo Monoaural de 59 dólares, un piano, un órgano de cuerdas y su voz era todo el equipo que utilizó Daniel Johnston a finales de los 70 para grabar sus canciones en cintas de casete que repartió a quien quería tenerlas. Creó un cómic con las carátulas de las cintas, que él mismo dibujaba y que se popularizó cuando Kurt Cobain lució el dibujo de la carátula “Hi, how are you” en un concierto. En su web podéis encontrar sus carátulas, sus canciones, sus casetes, todo a la venta, pero aquí os dejo este villancico que el bueno de Daniel grabó con su inconfundible estilo: “Rock around the Christmas tree”.
The Ramones, pioneros y líderes del punk rock, en 1989 compusieron una canción que hablaba de la hipocresía que, muchas veces, reina en las familias durante estas fechas. El título es muy descriptivo “Merry Christmas (I don’t want to fight tonight)”, claro que también es descriptivo de la relación que mantuvieron Joey y Johnny que, a pesar de tocar juntos, no se dirigieron la palabra durante 20 años.
Pink Floyd, una de las bandas más importantes de la historia de la música, en 1975, en un programa de radio, grabaron “Merry Xmas song”, cantada por el batería Nick Mason.
El primer ministro de Jamaica, Edward Seaga, dedicó estas palabras a Bob Marley en su funeral: “Un hombre así no se puede borrar de la mente. Él es parte de la conciencia colectiva de la nación”. Yo creo que es parte de la conciencia colectiva de la música y nos dejó esta curiosa versión ska de “White Christmas”.
Era la temporada de béisbol de 1962. Richie Ashburn, de los Nets, siempre que corría a interceptar la bola al grito de “I got it!”, chocaba con su compañero venezolano Elio Chacón, que no entendía inglés, así que Richie aprendió a decir Yo la tengo. Consiguió que Elio no corriese a por la bola cuando lo hacía él, pero no contaba con chocar contra los 91 kilos de otro compañero suyo, Frank Thomas, que no hablaba español y no sabía qué demonios significaba eso de “Yellow tango”. De esta anécdota sacó su nombre la banda indie rock americana “Yo la tengo” que grabó este villancico titulado “It’s Christmas time” con la que termino esta pequeña lista de curiosidades que espero os ayuden a ver una cara diferente de la Navidad. Y tranquilos, que no vamos a pasar por creyentes, o por sentimentales, o por ñoños si disfrutamos celebrándolas. Así que, ¡felices fiestas!
@Estivigon