Había leído sobre los arcoíris en un libro ilustrado sensiblero, pero después había comenzado a verlos en las calles de Londres tras la lluvia, cuando la gasolina de los coches manchaba el asfalto y el agua se desplegaba en un abanico de anillos rotos de color violeta, azul y amarillo
No es exactamente un arcoíris, pero todos hemos podido apreciarlo en los días lluviosos sobre la carretera. La descripción del texto es muy buena, se forman anillos, no arcos, es decir, la circunferencia completa. El efecto se produce porque la gasolina, como el aceite, es inmiscible en agua y se coloca por encima de un pequeño charco. Esto da lugar a una triple capa aire-gasolina-agua que produce un juego de refracciones que da como resultado la separación de la luz blanca en sus colores.