Hace ya algunos años que irrumpieron con fuerza desbancando a géneros más nuestros como la Zarzuela o la Revista. Uno de los primeros musicales que recuerdo fue “Jesucristo Superstar”, con libreto de Tim Rice y música de Andrew Lloyd Webber, que también fue llevado al cine. En la versión de teatro, Ian Gillan, cantante de Deep Purple, interpretaba el papel de Jesús y Murray Head el de Judas; nada más y nada menos. Era el año 1975 y en España fue Camilo Sesto el encargado de dar vida al galileo, pero antes, en el que yo creo que fue el primer musical en España titulado “Godspell”, encontramos a un jovencísimo Juan Ribó de protagonista y al bajista José Luis Campuzano Feito, más conocido como “Sherpa” y que más tarde fundaría Barón Rojo.
El musical italiano “Aggiungi un posto a tavola” se estrenó en España en 1977 bajo el tituló “El diluvio que viene” con un complicado montaje y cosechó un éxito arrollador.
Después hay un vacío. Son los años de la Movida y las inquietudes musicales iban por otros derroteros. Quien quería ver “Cats” o “Los Miserables”, tenía que irse a Londres o Nueva York.
Los nuevos vientos que soplaron con el cambio de siglo nos los trajeron de vuelta y volvieron a estrenarse las producciones que llegaban desde esas ciudades capitales de la cultura: “Cats”, “La bella y la bestia”, “Los Miserables”, “We will rock you”, “Los productores”, todas han cruzado los mares para llegar hasta nuestros escenarios. Con luz propia entre tanta producción extranjera brilla “Hoy no me puedo levantar”, el musical que produjo Nacho Cano basado en la discografía de su grupo Mecano y cuyo éxito es equiparable al de aquella obra teatral, “Se infiel y no mires con quién”, que se mantuvo en cartel durante décadas.
El musical es un género en el que la historia es un acompañamiento de la música y no al revés. Por eso, con algunas excepciones, los libretos suelen ser ligeros y, en algunos casos, hasta tontorrones. Las canciones, con el único fin de generar derechos a sus autores, se encajan a golpes en el argumento. Sin embargo, hay un musical, que ahora está triunfando en Broadway, que está basado en la historia de un personaje que no debería tratarse a la ligera: Fela Kuti.
Nació en Nigeria en 1938. En su faceta musical se le reconoce como el inventor del “afrobeat”, un estilo que sintetizaba la música del oeste de África con el jazz más clásico. Sus largas canciones, en las que el coro respondía a la voz principal, hablaban de los pueblos oprimidos. Fundó varias bandas. En 1969 se presentó en Estados Unidos, entró en contacto con el movimiento Poder Negro y el Partido de las Panteras Negras y acabó siendo deportado. De regreso en su tierra natal, empezó a cantar en inglés para que toda la “Nación Africana” comprendiera su mensaje político. Creó Kalakuta Republic, una productora musical que funcionaba en régimen de cooperativa y que era centro de reunión de independentistas. Su popularidad fue en aumento y en 1977 grabó uno de sus discos más exitosos: “Zombie”; un ataque directo a los soldados nigerianos. Como represalia, el gobierno atacó la cooperativa, destruyó el estudio y muchas grabaciones originales. Un año después del ataque, y para conmemorarlo, Fela se casó con 27 mujeres.
Sin dejar su actividad musical, fundó un partido político, el Movimiento del pueblo, para optar a la presidencia de su país, pero la persecución policial se lo impidió y lo encarcelaron durante 20 meses acusado de contrabando.
En 1986 reapareció en un concierto de Amnistía Internacional en el estadio de los Gigantes de Nueva Jersey en el que compartió cartel con Bono y Carlos Santana. A partir de 1990 su actividad fue decreciendo hasta que el 2 de agosto 1997 anunciaron su muerte por infección del VIH.
No he visto el musical, pero sí he escuchado buenas críticas. El personaje es tan potente que casi no importa el resto. ¿Lo veremos por aquí? Casi todo lo que triunfa en Broadway acaba llegando a la Gran Vía, pero esto no lo veo. Aparecerá un productor creyendo que tiene la gallina de los huevos de oro y se hará todo a la española; recortamos por aquí, cambiamos por allá y de protagonista al que ganó OT… ¿Cómo se llamaba el que gano…? Chipper, le dirá alguien al quite. ¡Eso! ¡Chipper! Y las cosas no son así de fáciles. Que no me creo a Chipper protagonizando el musical de Fela Kuti.